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Mostrando entradas de mayo 20, 2007

La leyenda de San Baudelio

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Las calendas del año mil no sólo dieron pie a un mundo de temores, de horribles presagios y oscuros cabalismos. También alumbraron signos de esperanza que, como en el relato que aquí se narra, mostraban las señales que podían orientar la búsqueda del paraíso perdido, la tierra de promisión que solo los hombres justos y virtuosos, unidos de nuevo, lograrían ver. La historia que aquí se relata comienza en la noche en que un vértigo de estrellas despertó a los jóvenes Ismael y Omar mientras dormitaban en sus propios lugares bajo la sombra de una palmera protectora. El uno, a la orilla del Mediterráneo; el otro, en uno de esos mares de arena que inundan las lejanas tierras de Sahel. Un extraño resplandor fue iluminando sus espíritus y sus pupilas, como anuncio del mensaje que el Alto Emisario les transmitía desde el cielo. Omar e Ismael -musulmán el uno, cristiano el otro- habían sido elegidos, por su pureza de corazón, para vivir un reencuentro solidario en un escenario muy alejado del qu

Romance del Duero

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Río Duero, río Duero, nadie a acompañarte baja; nadie se detiene a oir tu eterna estrofa de agua. Indiferente o cobarde, la ciudad vuelve la espalda. No quiere ver en tu espejo su muralla desdentada. Tú, viejo Duero, sonríes entre tus barbas de plata, moliendo con tus romances las cosechas mal logradas. Y entre los santos de piedra y los álamos de magia pasas llevando en tus ondas palabras de amor, palabras. Quién pudiera como tú, a la vez quieto y en marcha, cantar siempre el mismo verso pero con distinta agua. Río Duero, río Duero, nadie a estar contigo baja, ya nadie quiere atender tu eterna estrofa olvidada, sino los enamorados que preguntan por sus almas y siembran en tus espumas palabras de amor, palabras. Gerardo Diego, 1922

En Medinaceli lo encontré

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CAMPOS DE SORIA Más si trepáis a un cerro y véis el campo desde los picos donde habita el águila, son tornasoles de carmín y acero, llanos plomizos, lomas plateadas circuídos por montes de violeta con las cumbres de nieve sonrosada. Antonio Machado ¿Hace falta algún comentario? http://www.chollovuelos.com

Museo Antropológico de Ambrona

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No muy lejos de Medinaceli, en dirección a Miño de Medinaceli y Barahona -pueblo famoso por la caza de brujas practicada en tiempos por la temible Inquisición- el pueblo de Ambrona custodia entre sus cerros -el valle del Mansegal, un afluente del río Jalón que nace en el pueblo- restos de un pasado prehistórico que, por circunstancias del destino o simplemente porque la tierra estaba cansada de conservarlo en secreto, se abre al mundo para hacernos ver -supongo-, la vanidad de lo que en el fondo somos y y el destino sedentario de lo que algún día nos convertiremos. Lejos de dejarse amedrentar por la terrible bestia que aguarda solitaria en un punto determinado del camino, el visitante ha de pasar por su lado como si lo hiciera al lado de un perrillo faldero, aunque ésta, por timidez, no se acercará a lamerle la mano. Segundos después, tras tomar la curva en la que se esconde una pendiente no demasiado pronunciada, apenas tendrá dificultad alguna en vislumbrar una casona de estilo moder

Castillo medieval de Berlanga de Duero

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Allí, orgulloso sobre la colina, solitario e inconmensurable en la solidez de sus piedras, el castillo de Berlanga de Duero duerme su sueño de siglos con la vista siempre fija sobre el pueblo, conocedor de que las murallas -sus eternas, imaginarias cuarteleras- velan en silencio un descanso que a veces se torna olvido y otras, simple y llanamente, admiración de todo aquél que, haciendo un alto en su camino, se permita el lujo de contemplarlo durante unos minutos. La torre de una de sus caras -precisamente aquella que más cerca del centro del pueblo se encuentra- custodia, con celo mal disimulado, el Rollo gótico o Picota que, construído a finales del siglo XV, indica que la villa tenía su propia jurisdicción, y servía, también, como lugar donde se aplicaba el castigo a los reos. Algunos metros más allá de la Picota, y haciendo un completo honor a su nombre, se halla la ermita gótica de Nuestra Señora de la Soledad, que sustituye -probablemente- según reza un cartel, a una de las múlti

Ermita de San Saturio (s.XVII)

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Ubicada sobre la que en tiempos fuera la ermita de San Miguel de la Peña -nótese la semejanza fonética con el impresionante monasterio de San Juan de la Peña, en Jaca, depositario en tiempos del Santo Grial, que hoy día se custodia en la catedral de Valencia- sería una auténtica aberración por mi parte hablar de Soria, su comarca, sus lugares, leyendas y misterios, sin dedicarle un comentario especial a la ermita barroca de San Saturio, su santo Patrón. Aseveran las crónicas que Saturio -nótese la similitud del nombre con Saturno, dios del inframundo, como ha dejado de manifiesto en numerosas ocasiones Angel Almazán de Gracia, incansable investigador del pasado soriano-, un noble godo nacido en Soria en el año 493, decidió, a la edad aproximada de cuarenta años, repartir todos sus bienes entre los pobres, retirándose -cito textualmente las palabras de Francisco Aldea Chacobo, canónigo de la Concatedral de San Pedro- 'a la inhóspita soledad de ermitaño cerca del río Duero'. Es m

Ermita de la Virgen de la Santa Cruz (aprox. s.XII)

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Si alguien busca un lugar en el que detenerse durante un buen rato para ejercer su derecho individual a dejar vagar su imaginación y abstraerse, liberándose, de paso, de un buen número de toxinas, problemas y rutinas cotidianas, le recomiendo que se acerque hasta el pueblo de Miño de Medinaceli. Una vez allí, no tendrá ningún problema en encontrar un cartel que indica que en esa dirección, a una distancia aproximada de 7 kilómetros, está el pueblo de Conquezuela. Para ser sincero, he de confesar que no llegué hasta dicho pueblo. Y no lo hice, porque mi objetivo -la Cueva de la Santa Cruz- se encontraba a unos 3 kilómetros y medio antes de llegar. Recuerdo que hace algún tiempo -mientras esperábamos a la grúa, después de quedarnos tirados camino de Alicante- un amigo me comentó jocoso: 'Tranquilo, chico: ¡la aventura es la aventura!'. Apenas tenía datos sobre este lugar, y no fue, sino por casualidad, 'buceando por la red' -es mucho mejor que hacerlo en el mar, sobre tod