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Mostrando entradas de junio 15, 2008

Castillos de Soria: Caracena, Segunda Parte

Castillos de Soria: Caracena, Primera Parte

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'Estás enferma, ¡oh rosa! El gusano invisible, que vuela, por la noche, en el aullar del viento, tu lecho descubrió de alegría escarlata, y su amor sombrío y secreto consume tu vida'. {William Blake: 'La rosa enferma'} ******* Como la rosa enferma del artista visionario británico William Blake -sus biógrafos cuentan que ya siendo un niño, entró en contacto con ese otro mundo sobrenatural, cuyas visiones fue reflejando en sus obras a lo largo de su vida- el castillo de Caracena laguidece en silencio, consumido por el gusano invisible del tiempo, el abandono, y no se puede decir que también lo consume el olvido, porque de cuando en cuando, algún que otro curioso se aventura a ascender la cuesta y echar un vistazo a sus piedras centenarias. A veces, los niños del pueblo -pocos, como sus habitantes- se acercan hasta sus muros y emulan las aventuras de aquellos aguerridos cuarteleros que, juramentados con uno u otro blasón señorial, guardaron un día sus muros. Aunque lo que

Ermita de Nª Sª del Mirón

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Más que la impresión de haber penetrado en una ermita, ciertamente el viernes tuve la certeza -cada vez más acusada, a medida que Iluminada Mozas, la 'guardesa', me iba mostrando todos los rincones- de haber traspasado el umbral de un pequeño museo, repleto de piezas, en menor medida románicas -con excepción de la talla de la Virgen del Mirón, datada, aproximadamente, a caballo entre los siglos XIII y XIV, y parte del ábside, convertido hoy en sacristía-, y sí, con gran profusión de obras, cuya mayoría, en origen, corresponden a los periodos barroco y renacentista. Dicha talla se halla situada detrás del altar, destacando a media altura en el Retablo Mayor. A la derecha de éste, muy cerca de la puerta de entrada a la sacristía, otro retablo barroco, aunque de menores dimensiones, ofrece la oportunidad de contemplar una de las piezas más curiosas -y puede que única en su género- dedicada a la figura de San Saturio, santo Patrón de Soria, cuyo culto, tardío, se remonta a los sigl

La Magia de San Saturio

El sol apenas comienza a bostezas sobre la línea del horizonte, cuando atravieso la Puerta de San Polo -antiguo monasterio perteneciente a la Orden del Temple y en la actualidad propiedad privada- encaminándome, sin prisa, hacia un lugar herido por la flecha de la Magia y de la Tradición. Una ermita de planta octogonal, características 'churriguerescas' -por citar las palabras de Gustavo Adolfo Bécquer- que, colgada en la roca como el nido de un águila, atrae irremisiblemente la devoción de propios y extraños. Me refiero, como es obvio, a la ermita de San Saturio, Patrón de Soria. A mi derecha, las aguas del Duero -río emblemático donde los haya- reverberan en el ambiente, llevando a los oídos sonidos de cristal y campanillas, que se adelantan en la madrugada a la llamada de las campanas de la cercana concatedral de San Pedro. Por el contrario, a mi izquierda, el monte de Santa Ana -que se prolonga en ambos sentidos, hasta unirse con el famoso monte de las Ánimas, custodio inal

Curiosidades sorianas: ¿un posible milagro en la iglesia de Nª Sª del Mirón?

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Milagros... Fe... Cuál Hamlet, humano pero terriblemente indeciso, la cuestión es, ¿creer o no creer?. Como considero que es una cuestión particular de cada uno, me limito sólo a exponer la creencia de otra persona; en éste caso, de nuestra amiga Iluminada Mozas. Y aunque sé que mi actitud puede compararse con el lavado de manos de Poncio Pilatos, sólo puedo decir, en mi descargo, que aunque escasos, pienso como los gallegos en relación a las brujas: 'habélos, posiblemente hailos'. Por cierto, Iluminada -aunque no lo grabé- me contó cosas de su vida. Y por lo que me dijo, doy fe de que tuve el placer de conocer a una mujer valiente, cuyas penalidades -por muchas que pensemos que tenemos los demás- no se las deseo a nadie. Tampoco creo prudente exponerlas aquí.

Curiosidades sorianas: la historia jeroglífica de la construcción de la iglesia de Nª Sª del Mirón

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Mi anterior y única visita a la iglesia de Nª Sª del Mirón, en Soria capital, me dejó completamente frustrado. Recuerdo que fue un caluroso sábado del mes de agosto del año pasado, y accedí a ella por la parte de atrás; es decir, por un camino polvoriento circundado por los restos de las antiguas murallas. Enclavado frente a la iglesia, el hotel Leonor constituía un auténtico punto de ebullición, donde los huéspedes y algunos minutos después, los invitados a una boda, se mezclaban sin orden ni concierto, no pudiendo discernir quiénes eran unos y quiénes los otros. En realidad, este detalle carecía de importancia. No así, desde luego, el llegar a un sitio de interés, en el momento más inoportuno. Sabiendo que con tanta gente no me sería posible gozar de las maravillas que intuía se hallaban presentes en el interior de tan emblemática ermita -recordemos que se ubica en el cerro del Mirón, enfrente del monte de las Ánimas, desde donde se domina, aparte del monasterio de San Juan de Duero,