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Mostrando entradas de mayo 9, 2010

Donde nace el río Abión: la Fuentona

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H ay una canción de Serrat - el Horizonte - que me resulta especialmente entrañable. Suelo pensar en ella, todas y cada una de las ocasiones que se me plantean para realizar un viaje, sea éste de corta o larga trayectoria. El sábado pasado, recordándola, puse rumbo precisamente al horizonte, sin que me importara lo nublado que hubiera amanecido el día, ni tampoco esa niebla, inesperada, persistente, misteriosa y sobre todo peligrosa para la conducción, característica de las provincias de Guadalajara y Soria. Mi intención estaba clara: evadirme durante unas horas por Calatañazor y su entorno. Y dentro de ese entorno, naturalmente, el lugar donde nace el río Abión; o lo que viene a significar lo mismo, aunque popularmente hablando: la Fuentona. S ituada dentro del término municipal de Muriel de la Fuente, el lugar, idílico donde los haya, es conocido por todo soriano y admirado por cuantos foráneos a Soria tienen la ocasión de contemplarlo. No en vano, es bueno recordar que hablamos de u

Crónicas de la Soria Natural: La Cascada de Fuentetoba

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N o debe extrañar que en Fuentetoba se celebren, cada 8 y 9 de septiembre, sus fiestas patronales en honor de la Virgen de Valvanera, pues, según parece, fueron precisamente monjes procedentes de este santuario riojano quienes, allá por el año 1120, fundaron el pueblo, estableciéndose, con toda probabilidad, al cobijo del Pico Frentes, o en sus inmediaciones. S ituado al este de la Sierra de Cabrejas y con una altitud aproximada sobre el nivel del mar de 1380 metros, ésta singular formación rocosa representa aún el recuerdo de un mundo antediluviano, a juzgar por la gran cantidad de restos fósiles encontrados en sus inmediaciones. Un mundo posteriormente habitado por pueblos neolíticos que dejaron, en rocas y cavidades, sus concepciones mágico-animistas, en forma de pinturas y grabados que el hombre moderno, en su incomprensible estupidez, apenas ha sabido valorar y conservar como lo que precisamente son: un auténtico legado. E s precisamente el hombre moderno, ávido y especulador, qui