Entradas

Mostrando entradas de septiembre 12, 2010

Romance del Duero

Imagen
P oco antes del alba, en ese preciso, inatrapable instante en el que se cierra el portal de las leyendas y el rayo de luna que perdió al enamorado Manrique desaparece arrastrado por las aguas del Duero, el paisaje vuelve a dibujar otra vez un sendero tranquilo, que se difumina a lo lejos -incluso más allá de la ermita de planta octogonal que se asienta sobre la ladera del monte de Santa Ana- hasta fundirse con una quimera que, a falta de nombre mejor, conocemos como horizonte. D e igual manera, río y ribera se funden en un estrecho abrazo, íntimo, personal, atrapados en la engañosa superficie de un espejo, en el que dos mundos, lejos de chocar, simplemente se aparean y confunden como amantes inseparables. H ay algunas hojas caídas en el suelo, que apenas revolotean, pues aún el cierzo, cual doncella encantada esperando el beso del príncipe otoño, duerme profundamente allá a lo lejos, en las cimas encantadas del Moncayo, anciano de rostro severo que en cuestión de meses lucirá leonina y