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Mostrando entradas de mayo 10, 2009

Aventura en Calatañazor III

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Tercera Parte Non nobis, Domine... N o para nosotros, Señor, no para nosotros sino para Gloria de Tu Nombre . El Temple. Un tema siempre fascinante. Soria fue en el pasado una tierra de templarios; una prolongación en la Península de las Cruzadas. L a historia comenzó en 1095 en Clermont, Francia, cuando el Papa Urbano II, bajo el lema Deus lo Vult -Dios lo quiere- predica la Primera Cruzada. Los motivos exotéricos o mejor dicho, aparentes: arrebatar a los infieles los santos lugares donde vivió, predicó y murió Jesucristo; los motivos esotéricos u ocultos: limpiar Occidente de caballeros de fortuna, barones entregados a la guerra y la rapiña, y sobre todo, enormes intereses económicos encaminados a abrir y conservar las ricas rutas comerciales de Oriente, con las que proveer de abundantes reservas a unos estados feudales gobernados en la sombra por el Papado. D espués de la toma de Jerusalén en el año 1099 -una auténtica carnicería cometida por los cruzados en el nombre de Dios- nue

Aventura en Calatañazor II

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Segunda Parte Carpe Diem A Horacio, poeta latino, y más concretamente a sus 'Odas', debemos esta frase, Carpe Diem que, curiosamente, pasó a convertirse en un aforismo urbano de índole mundial después de que la productora norteamericana Touchstone Pictures inmortalizara en el celuloide una trágica aunque entrañable novela de N.H. Kleinbaum: 'El club de los poetas muertos'. A veces, las apariencias engañan; pero todos, de una u otra forma, la hacemos propia y la aplicamos, o procuramos aplicarla, porque, bien de oídas bien instintivamente, conocemos o intuimos perfectamente la continuación de la frase: quam minimum credula postero ; o lo que viene a ser lo mismo -que nadie se asuste, no sé latín, de modo que es un plagio espero que perdonable- no confíes en mañana. A venturarse a visitar lugares como Calatañazor, significa exactamente eso: vive el momento y no confíes en mañana. Ningún día es exactamente igual a otro, como tampoco ninguna nueva visita es exactamente i

Aventura en Calatañazor I

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Primera Parte: La ermita en ruinas de San Juan D ecía Carlos Castaneda, en su libro 'El arte de ensoñar' , que a través del ensueño podemos percibir otros mundos . Ignoro hasta qué punto puede o no ser verdad; pero sí sé que a veces, cuando me encuentro frente a una obra de Arte echada a perder por sus peores enemigos, el tiempo y la estupidez humana -entre otros, aunque, no obstante, los principales- no puedo evitar detenerme unos minutos y dejar que la imaginación -una posible derivación de la ensoñación, según se mire- divague a su libre albedrío y que el águila -animal totémico donde los haya- de los pensamientos remonte el vuelo y con su ojo avizor, indague en los abismos insondables del tiempo, en busca de respuestas para tantas y tantas preguntas. E ntonces imagino una ermita, pequeña, auténtica y primordial, que seguramente fue precursora en el tiempo de iglesias más grandes e importantes, a cuya sombra -maldición de maldiciones, el olvido- ha ido languideciendo y perd

Tierras de Calatañazor: el Ojo de la Fuentona

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Segunda Parte El Ojo de la Fuentona H ay lugares que invitan a soñar; lugares en los que uno puede perderse libremente, teniendo la genuina sensación de estar en otro mundo. Muchas civilizaciones antiguas consideraban que este tipo de lugares -y en particular los lagos- eran una especie de 'ojos' por los que los dioses del inframundo observaban y vigilaban a los hombres. L ugares especiales, no ya envueltos por el pragmático magnetismo de una belleza intrínseca, casi sobrenatural, que resulta evidente al primer vistazo; sino por ese halo de insondable misterio que los rodea. Lugares, por tanto, donde se generan los mitos y se moldean las leyendas. La Fuentona, estoy completamente seguro, es uno de ellos. S i bien el cromatismo de sus aguas es tan prodigioso que inmediatamente seduce, la verdadera seducción se encuentra, no obstante, en esa dimensión oculta constituída por una intrínseca red interior de arterias que parten de un corazón que todavía no ha sido encontrado. No en v

Tierras de Calatañazor: hacia el nacimiento del río Abión

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Primera Parte El entorno El objeto de la presente aventura, se halla en las históricas tierras de Calatañazor. Concretamente, dentro del municipio de Muriel de la Fuente, situado, aproximadamente, a 6 kilómetros. Es allí, formando parte realmente de un entorno espectacular que apenas se ha visto malogrado por la mano del hombre, donde todo amante de la Naturaleza quedará prendado para siempre de dos auténticas maravillas: el Sabinar de Calatañazor y el nacimiento del río Abión. A este último, se le conoce popularmente como el Ojo de la Fuentona, o simplemente, La Fuentona. Se recomienda que la visita se inicie en el Centro de Interpretación del Sabinar, donde el visitante podrá recopilar valiosisima información acerca de la importancia del bosque aledaño (74 hectáreas, de las cuáles, 22 hectáreas corresponden al sabinar), cuya especie arbórea protagonista -la sabina- se remonta nada menos que a la Era Terciaria. El lugar fue declarado como Reserva Natural en el mes de julio del año 200