Taroda
'Busca por el agrado de buscar, no por el de encontrar...' [Jorge Luis Borges (1)] A veces ocurre: basta que se busque algo en particular, para que no se encuentre. Son artimañas del Camino que hay que aceptar siempre con espíritu deportivo, obviando la decepción inicial, con el placer, al menos, de descubrir un lugar nuevo que tus pies no habían hollado antes. Aunque bien mirado, ni siquiera el Camino tiene la culpa de que la flecha del tiempo apunte siempre en una dirección y aún sabiéndolo, el hombre no tome medidas en cuanto a proteger un patrimonio que, a la postre, resulta también finito. Pero esto, claro, es anticiparse a los avatares por los que discurrieron los pormenores de la presente aventura. H ablar de cómo llegué a Taroda, implica remontarse un par de meses en el tiempo y rememorar una gélida mañana de enero. Una gélida mañana, es cierto, que no me impidió, aún tiritando de frío, conocer lugares nuevos como Monteagudo de las Vicarías, Serón de Nágima o Señuela. ...