El eterno asedio de Numancia
Troya, Petra, Palmira, Herculano, Pompeya, Numancia...ciudades que durante siglos han alimentado la fantasía y los sueños de los hombres; su deseo, y sobre todo su ambición, hasta el punto de hacer de su búsqueda el motivo fundamental de su existencia. Todas pertenecen a un pasado remoto; todas guardan aún numerosos secretos de una Historia que apenas comenzamos a vislumbrar, celosamente guardada por las impenetrables cortinas del tiempo, y en todas, se tiene la sensación de que la tragedia se alía con sus innumerables misterios. Pero en la mayoría de ellas, aunque parezca mentira, la tragedia no es, si no, una simple circunstancia que incluso provoca el suficiente morbo en la gente, para que cientos, miles de visitantes caminen a diario sobre sus ruinas, hasta el punto de llegar a poner en peligro la integridad de sus marchitos restos, como puede ser el caso de la Acrópolis de Atenas o del Coliseo romano. No es el caso, por desgracia, de Numancia. Tal vez ésta falta masiva de visitant...