Entradas

Mostrando entradas de septiembre 21, 2008

El eterno asedio de Numancia

Imagen
Troya, Petra, Palmira, Herculano, Pompeya, Numancia...ciudades que durante siglos han alimentado la fantasía y los sueños de los hombres; su deseo, y sobre todo su ambición, hasta el punto de hacer de su búsqueda el motivo fundamental de su existencia. Todas pertenecen a un pasado remoto; todas guardan aún numerosos secretos de una Historia que apenas comenzamos a vislumbrar, celosamente guardada por las impenetrables cortinas del tiempo, y en todas, se tiene la sensación de que la tragedia se alía con sus innumerables misterios. Pero en la mayoría de ellas, aunque parezca mentira, la tragedia no es, si no, una simple circunstancia que incluso provoca el suficiente morbo en la gente, para que cientos, miles de visitantes caminen a diario sobre sus ruinas, hasta el punto de llegar a poner en peligro la integridad de sus marchitos restos, como puede ser el caso de la Acrópolis de Atenas o del Coliseo romano. No es el caso, por desgracia, de Numancia. Tal vez ésta falta masiva de visitant

Cuitas de un peregrino moderno

Imagen
Afirma Paulo Coelho en el prólogo de su libro 'La Quinta Montaña' y refiriéndose a la tesis central de otro de sus libros entrañables, el Alquimista, que 'cuando quieres alguna cosa, el Universo conspira para que la consigas. Continúa diciendo una línea más abajo: 'Creo absolutamente en esto. No obstante, el acto de vivir el propio destino incluye una serie de etapas que exceden en mucho a nuestra comprensión, y cuyo objetivo es siempre reconducirnos al camino de nuestra Leyenda Personal; o hacer que aprendamos las lecciones necesarias para cumplir el propio destino'. Pues bien, yo también creo que esta es una gran Verdad disfrazada de fábula. Hace unos días, un entrañable amigo de Tiermes, Oscar, se despedía -confío en que temporalmente- de la blogosfera soriana porque su Leyenda Personal le llevaba allende los Pirineos, a otro gran país donde esperaba dar a su vida un giro de ciento ochenta grados. No obstante, antes de que el tiempo consiga dar la sensación al in