miércoles, 14 de diciembre de 2011
Soria se hace camino al andar os desea a todos una Feliz Navidad
viernes, 2 de diciembre de 2011
Bocigas de Perales: encanto natural
(1) Digo curiosa, porque en su estructura se adivinan muchos restos ornamentales pertenecientes a las ruinas de la vecina ciudad romana de Clunia.
viernes, 25 de noviembre de 2011
Alcózar, tres años después
(1) Mario Roso de Luna: 'El tesoro de los lagos de Somiedo', Editorial Eyras, 1980, Primera Parte, Capítulo I, página 4.
lunes, 21 de noviembre de 2011
Otoño y vida en Arganza
(1) Luis Cernuda.
(2) Ocurre con ella, lo mismo que con el Diablo, quien, según Baudelaire, su mejor jugada consiste en hacernos creer precisamente que no existe.
lunes, 7 de noviembre de 2011
Otoño en la Laguna Negra de los Picos de Urbión
Dicen las comadres, que por las noches la luna se mira en ella, coqueta y muy pagada de sí misma, como la madrastra del cuento de Blancanieves, preguntándole quién es la más bella. La Laguna Negra sonríe, pero, no obstante, calla. Hay quien puede llegar a pensar que con su silencio otorga; pero yo creo que, en realidad, callando aleja de su entorno al terrorífico fantasma de la vanidad. La luna suspira entonces, y como todas las noches desde que el mundo es mundo, dándose por vencida se despoja de su capa de armiño y se sumerge lentamente en el agua. Poetas hubo, Dios mediante, que la confundieron con una mujer de carne y hueso y la inmortalizaron así en lo más florido de nuestras leyendas. El rayo de luna, la llamaron.
Los lobos, ocultos en lo más impenetrable de los bosques que la circundan, aúllan lastimeramente, disponiéndose, si no a la caza, sí al cortejo. Más allá, en los roquedales de las cimas más altas de los Picos de Urbión, águilas, buitres y alimoches cabecean inquietos; en su duermevela sueñan, quizás, con esas inalcanzables estrellas que los hombres codician; como se codicia todo aquello que es imposible; todo aquello, en definitiva, que pertenece al mundo de los sueños. Búhos y lechuzas, encaramadas en las ramas más altas de los árboles, custodian los senderos forestales que el otoño ha llenado de hojas, mientras ciervos y revecos retozan en silencio en su cama de helechos, esperando impacientes un alba que aún tardará algún tiempo en dejarse ver por encima de los riscos.
sábado, 5 de noviembre de 2011
Otoño en San Esteban de Gormaz
(1) Mari Trini: 'Vals de Otoño'.
domingo, 9 de octubre de 2011
Valdespina
(1) Hay una Virgen del Espino en Soria capital, situada en la iglesia de igual nombre, en la parte alta, junto al cementerio. Las dos Vírgenes del Espino hermanas, se corresponderían con la que está en la catedral de El Burgo de Osma y la se que se localiza algunos kilómetros más allá, en dirección a Ucero, en el pequeño pueblecito de Barcebal.
martes, 27 de septiembre de 2011
Viana de Duero
jueves, 15 de septiembre de 2011
Por tierras de Almazán y Gómara: Villalba
lunes, 29 de agosto de 2011
Fiestas Patronales y Exposición de Cuadros del Taller de Pintura de Villasayas
(1) Vicepresidente del Real Círculo Artístico de Barcelona.
(2) Aparte del alcalde, don Manuel Antón, estuvieron en la exposición -aunque realmente venían a la inauguración de un nuevo frontón en el pueblo- el Presidente de la Diputación y el Delegado Territorial de la Junta.
miércoles, 24 de agosto de 2011
De Fuentegelmes a Mezquetillas
miércoles, 17 de agosto de 2011
Regreso a Fuentegelmes
(1) Charles Dickens: Cuento de Navidad.
(2) Sirva como anécdota añadir que ese día, precisamente, estrené la vieja Nikon regalo de un gran amigo y Maestro: Don Rafael Alarcón, y me congratuló hacerlo, vaya en su honor, aunque es de él conocido, con un posible enigma templario.
Publicado en STEEMIT, el día 27 de Enero de 2018: https://steemit.com/spanish/@juancar347/regreso-a-fuentegelmes
lunes, 8 de agosto de 2011
Ángel Almazán: anfitrión en El Burgo de Osma
Dejando aparte un conocimiento virtual que se remonta a un par de años atrás, ayer domingo tuve la oportunidad de conocer en persona a alguien que yo definiría, con conocimiento de causa ahora, como un soriano de raza y condición: Ángel Almazán de Gracia. Nacido en la vecina localidad de Tajueco, en 1958, este periodista y escritor ha realizado, bajo mi punto de vista, una impresionante labor cervantina, aireando sorianía por los cuatro puntos cardinales. Trabajo que no siempre se ve gratificado -he aquí uno de los estigmas del buen escritor- porque según me confió, hace algunas semanas, nadie es profeta en su tierra. En realidad, no termino de estar muy de acuerdo con él, más que nada porque, a lo largo de los cuatro años de existencia de este blog, son numerosas las personas con las que me he encontrado durante mis desplazamientos por la región, que me lo han puesto como referencia, e incluso, también como ejemplo a seguir. Y hasta cierto punto, reconozco que sus libros me sirvieron, en un principio, como una magnífica guía para ir descubriendo una provincia rica en matices, hasta el punto de que esa riqueza se fue convirtiendo en fascinación, y a la vista está que dicha fascinación continúa y el blog tiene visos de llegar a una longeva, y espero que fructífera existencia.
Por otra parte, ahora que nos conocemos, ¿qué opinión me mereció Ángel Almazán?. Dejando a un lado el inusual detalle de que llegué a las inmediaciones de la catedral burgense con el tiempo justo para no herir a la puntualidad -nadie está libre de dormirse alguna vez- y poco menos que resollando como un búfalo, el Ángel que me encontré platicando en la terraza de un bar, a la sombra de los soportales, no tardó en mostrarse como realmente es: afable y campechano. Un hombre que yo definiría -dejando la política y sus falsas mieles aparte- como del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, como esos primeros padres que legaron a un naciente país una Constitución cuyos auténticos valores resultan tan desconocidos, por poner un ejemplo, como las inconmensurables maravillas que se atesoran en la catedral. Pero claro, todas estas impresiones, surgieron después del primer café, ese que uno añora todas las mañanas como el campo añora el agua en primavera.
Para las personas interesadas en adquirir el nuevo libro de Ángel Almazán:
Editorial Sotabur, S.L.
C/ Eduardo Saavedra, 4, 5ºA
sábado, 6 de agosto de 2011
Exposición de Cuadros del Taller de Pintura de Villasayas
domingo, 10 de julio de 2011
Et in Arganza ego
Hay quien opina que nada muere del todo; incluso que la muerte, como tal, no existe, porque todo es materia y la materia, al fin y al cabo, no se crea ni tampoco se destruye: tan sólo se transforma. Es una ley elemental de la Física, que bien pudiera aplicarse -¿por qué no?- a la condición actual de algunos lugares. Qué duda cabe de que Soria es una provincia repleta de matices. Matices buenos y malos, pero matices al fin y al cabo, que hay que valorar y procurar entender. Quizás, dentro de lo que humanamente hemos de considerar como malos e indeseables, se encuentran aquellos referidos a la suerte que corren algunos pueblos. Pero la diosa Fortuna, a imagen y semejanza de la diosa Justicia, suele cerrar también los ojos, aunque no se la represente con una venda sobre ellos, dando cumplida cuenta de su absoluta indiferencia a la hora de repartir suertes. Me refiero, como es obvio, a un problema que aquí, en Soria, y a pesar de los pesares, cobra una dimensión especial: los despoblados. Es difícil no tropezarse con alguno, cuando se recorre la provincia, y su visión, salvada la curiosidad inicial, siempre conlleva los mismos síntomas: una profunda tristeza y un amargo sabor de boca.
No obstante, por alguna curiosa razón -que intentaré explicar, siquiera echando mano de esa visión poética que suele venir acompañada en algún momento de ternura- el caso de Arganza siempre me ha llamado poderosamente la atención. Creo que con ésta, han sido ya tres las veces que me he dejado caer por allí, y deambulando entre sus silenciosas casas, muchas de ellas invadidas por la maleza -como las ciudades misteriosamente abandonadas en las junglas del Yucatán por los mayas-, he llegado a tener interesantes conversaciones a solas con mi imaginación.
domingo, 3 de julio de 2011
La cueva de San Prudencio
(1) Gustav Meyrink: 'El dominico blanco', Editorial Planeta, S.A., 1ª edición, marzo de 1987, página 14.