Con su blanca palidez: San Juan de Rabanera
Como piensa, así es el hombre. [T. Lobsang Rampa] S iempre me he preguntado si es ésta curiosa iglesia de San Juan de Rabanera la que custodia el antiguo palacio al que posiblemente un hada ultrajada convirtiera en la actual Diputación Provincial, o por el contrario, es ésta última quien vela, mima y en ocasiones lava la cara al sortilegio que es, en el fondo, éste afortunado híbrido románico. T ambién es cierto, que siempre, parado frente a su reaprovechada portada, he intentado imaginármela en su lugar original; pero de la malograda iglesia de San Nicolás, situada a un centenar de metros más abajo, casi nada queda en pie, si exceptuamos unas tristes ruinas, cuyos muñones señalan dolientes hacia el cielo, quizás reclamando la parte de magia que la nieve otorga a todo aquello donde la place dejarse caer. P or supuesto, la última vez que la vi, había tal cantidad de nieve, que resultaba imposible localizar esas milenarias marcas que una bandada de ocas salvajes, vaya usted a saber con q...