Se llamaba Ándaba

'Ésta es la sabiduría de la locura que atenaza al ser humano, una sabiduría incapaz de percatarse de que la destrucción del entorno supondrá, inexorablemente, nuestra propia destrucción'. [Grian: 'El Peregrino Loco', Ediciones Obelisco, 1ª edición, febrero 2006] ******* L o digo con pena, pero lo digo bien, se llamaba. Porque lo que actualmente se puede ver desde esa nacional 234, que en un sentido te adentra en la provincia de Burgos y en el otro te tienta con la magia del Moncayo, encauzando tus pasos hacia Aragón, actualmente son unas simples melladuras de piedra cuyas raíces, en tiempos, se hundían profundamente en estos campos, formando el entramado de un pueblo que se llamaba precisamente así: Ándaba. E ntre los dimes y diretes -algunos personalizados, y por lo tanto, con voz propia; otros, objetivamente inciertos, recogidos con cortauñas en ese fenómeno de masas conocido como Internet- y añadiendo las impresiones que se recogen en el mismo lugar, se puede hablar,...