sábado, 28 de marzo de 2009

Retorno a Río Lobos

Sin duda, el Cañón del Río Lobos es un lugar especial, un auténtico templo natural -parafraseando a mi buen amigo Lima- en el que siempre tiene uno la curiosa sensación de partir para volver, de ahí, posiblemente, el título de la presente entrada.
Quizás, también, aquél sábado del puente de San José no fuera el día más idóneo para intentar perderse en su inextricable belleza, ni tampoco intentar vislumbrar alguno de sus innumerables y milenarios misterios. Aunque, si he de ser totalmente sincero, ese sábado en particular, en mi mente no rondaba misterio alguno; ni siquiera pensaba en los 'frailes con espuelas' -parafraseando en ésta ocasión a Gustavo Adolfo Bécquer, quien, al parecer, no parecía sentir demasiada simpatía por los templarios- que en su momento fueron dueños y señores del lugar. Nada más fácil que todo eso, mi única intención, era la de relajarme, cargar baterías para continuar afrontando con optimismo una vida que últimamente me exige mucho más esfuerzo que de costumbre -sobre todo a nivel laboral- y que me mantiene activo demasiadas horas al día.
Siempre que accedo al Parque Natural, me acerco hasta la caseta del guarda y me detengo unos minutos a saludarle y a charlar con él.
A Juan Gonzalo Sanz, guarda del Parque, le debo -y es bueno ser humilde y agradecido en esta vida- mucha información, que en su momento supe aprovechar y mostrar en el presente blog. Gracias a él, no sin esfuerzo -y por esfuerzo, me refiero a las numerosas veces que tuve que ir y volverme a Madrid de vacío- pude acceder a las maravillas de la iglesia de San Juan Bautista, en Ucero, y recuperar parte de esa memoria histórica y prodigiosa que hace también grande este lugar. Por él, conocí las ruinas de la ermita de Villavieja y comencé a entrever la procedencia de ciertas imágenes y tradiciones que la gente de fuera ignora, pero que todos conocen en el pueblo. En fin, simplemente no quería dejar la oportunidad de que una persona de su valor y cualidades no tuviera un pequeño sitio en este blog, en donde también las personas cuentan, pues gracias a los consejos y la ayuda de muchas de ellas, he podido conocer un poquito más esta provincia de la que me confieso, por si alguna vez me olvido, estar enamorado.
También, como si formara parte de algún antiguo ritual, siempre que hablamos, le pregunto si está abierta la ermita. En ésta ocasión, Juan sonrió y me dijo que no, encogiéndose de hombros, añadiendo que no se sabía si este año la abrirían, porque se rumorea de que se pretende hacer unos trabajos de remodelación en su tejado, aunque cabe la posibilidad de que tanto el pueblo como el obispado, esperen a fin de temporada para hacerlo. Esto último, claro, es una opinión particular mía, teniendo en cuenta el éxito de años anteriores, y el dinero que -a 1 euro la entrada- dejarían de percibir.
Sea como sea, abierta o no la ermita de San Bartolomé, una visita a este lugar nunca deja a nadie indiferente. Y aunque no me relajara tanto como pretendía, nunca podré agradecer debidamente ese sonido maravilloso del agua que circula libre y alegremente; ni tampoco ese trino soberbio, claro y sugerente de la diversidad de aves que ya comienzan a celebrar la llegada de una primavera a la que el invierno no parece querer dejar definitivamente llegar.

domingo, 22 de marzo de 2009

Edades del Hombre: Camino a San Baudelio


Apenas queda poco más de un mes para que Soria se engalane mostrando al mundo una nueva etapa de las Edades del Hombre, la segunda celebrada en la provincia. Como he dicho en otras ocasiones, la ermita de San Baudelio será una de las sedes de la exposición, junto con la concatedral de San Pedro -donde se están realizando obras de remodelación a marchas forzadas- y la ermita de San Miguel, en Gormaz, donde hace algún tiempo se descubrieron unas magnificas pinturas románicas.
Ruta mágica donde las haya, la ermita mozárabe de San Baudelio constituye, sin duda alguna, el punto neurálgico desde el que visitar una tierra -la de Berlanga- cargada de Historia y Tradición. No en vano, por allí pasaron personajes de la relevancia de el Cid Campeador o Almanzor, el denominado 'azote de los reinos cristianos', que se supone que falleció no en Medinaceli, como se considera 'oficialmente', sino en Bordecorex, un pequeño pueblecito situado en las inmediaciones, muy cerca de la vecina población de Caltójar.
De los tiempos de Almanzor, aún se conserva en Bordecorex una atalaya sarracena, mientras que en Caltójar se puede visitar una auténtica joya del románico: la iglesia de San Miguel, entre cuyas curiosidades, destacan las marcas de cantería localizadas en el interior del ábside.
Recomendable, así mismo, es una visita a la villa histórica de Berlanga, donde -aparte de otras maravillas históricas que el viajero puede descubrir con facilidad- acceder al interior de la Colegiata de Nª Sª del Mercado, no deja de ser toda una aventura, incluso a pesar del agresivo aspecto del 'terrible lagarto' disecado y colgado de la pared, junto a la entrada, que Fray Tomás trajo de las Indias.
No muy lejos de Berlanga, a unos 10 kms aproximadamente, y en dirección a Soria, el pueblecito de Andaluz ofrece -previa cita con Rosa Mari- otro excelente exponente del románico de la zona: la iglesia de San Miguel Arcángel. Sobre ella, se recomienda visitar el pequeño museo anexo a la iglesia, que en otros tiempos formaba parte de una galería porticada, con motivos verdaderamente interesantes en sus capiteles.
No obstante, y por si la aventura no fuera suficiente, a apenas una treintena de kilómetros, se puede disfrutar de una ciudad histórico-cultural de considerable relevancia: El Burgo de Osma, así como también, 15 kilómetros más allá, de uno de los espacios naturales más sobresalientes de la provincia: el Cañón del Río Lobos, y por supuesto, la ermita templaria de San Bartolomé.
Ánimo, pues, y a disfrutar de la aventura inmersos en un acontecimiento de especial relevancia, como son Las Edades del Hombre.