Duruelo de la Sierra
A penas comienzan a bostezar los habitantes de Duruelo de la Sierra, y no obstante, en la torre de la iglesia de San Miguel, una pareja de cigüeñas desarrolla una actividad frenética, ensamblando, rama a rama, los engranajes de lo que, a juzgar a vista de objetivo de cámara fotográfica, comienza a parecerse a un auténtico hogar para los polluelos. El sol hace tiempo que ha dejadó atrás la línea del horizonte, elevándose hacia un cielo sobre el que se observan algunas nubes que apenas inquietan como si se tratara de cortinas de humo. Sus rayos acarician ahora buena parte de la fachada de una iglesia que apenas conserva trazas de aquél románico original que, supuestamente, se remonta a los siglos X y XI. L a claridad solar también avanza por el verde césped que circunda la iglesia, hasta el punto de que llega un momento en el que tienes la impresión de mirar a través de una ventana abierta. Una ventana que lentamente, a medida que se desplazan las sombras, deja al descubierto un pequeño ...