Pueblos con encanto: Calatañazor
Cuentan algunos, al amparo del calor que les proporciona la leña del hogar, cuyo humo escapa en fumarolas a través de esas curiosas chimeneas que aún conservan sus milenarias raíces celtíberas -y que con un poco de imaginación, recuerdan el pico del sombrero clásico de una bruja de cuento- que su espíritu aún vaga, algo más de un milenio después de su muerte, por los montes y quebradas que bordean este pinturesco pueblo, donde el cantar -maliciosamente, como el cantar de la Dolores- dice que perdió el 'atambor'; o lo que es lo mismo, donde perdió su buena suerte. Por supuesto, cuando se habla de este tipo de historias -siquiera aunque sea para comentarlas de pasada-, interviene un factor determinante, pero que, paradójicamente, actúa de diferente manera en cada persona: la fe o creencia. Creer o no creer -que nadie piense que estoy plagiando a Shakespeare, aunque su genio en ésta ocasión me venga de perlas- es una cuestión tan indudablemente personal, que yo no sería capaz de ...