No muy
lejos de donde los terribles saurios de Fuentes de Magaña dominaban el mundo
hace millones de años, una iglesuca románica despierta el interés del
visitante, con lo curioso y a la vez lo original de su diseño: la iglesia de
San Pedro, situada a la entrada del pueblo de Cerbón; un pueblo que dista de
Fuentes de Magaña, aproximadamente dos kilómetros de distancia, y que podríamos
situar, así mismo, poco menos que al comienzo de una más que interesante ruta
hacia las Tierras Altas sorianas. El templo, con toda probabilidad de los más
antiguos de la provincia, seguramente de mediados o finales del siglo XII,
presenta, no obstante su sencilla, casi diríase que primitiva ruralidad, una
particularidad muy específica, que le hace ser, posiblemente, y salvando las
distancias con algunas comparaciones referidas al templo-santuario de la Virgen
de la Peña de Ágreda, único en su género: está provisto de dos ábsides gemelos.
Cuenta la tradición –y este podría ser un detalle interesante sobre el que
especular largo y tendido, si se dispusiera de documentación que así lo
corroborara-, que tal disposición se debe a que en tiempos existió allí un
cenobio mixto, en el que una comunidad de hombres y mujeres –puestos a suponer,
cualquiera podría pensar, que aun en época tan tardía, pudieran haberse dado
casos tan cercanos a la denominada herejía
priscilianista- desarrollaban conjuntamente sus actividades religiosas,
separados, no obstante, por un muro. Un muro que, situado en el interior del
templo, dividiría la cabecera en dos zonas perfectamente determinadas, en las
que ambas comunidades, eso sí, por separado, desarrollarían silenciosamente sus
obligaciones religiosas.
[Colina de Losa, Burgos, capitel del 'asceta']
Si
esto fuera así –o mejor dicho, lo hubiera sido en el pasado-, resulta curioso,
una vez observados los detalles ornamentales de los canecillos de ambos
ábsides, comprobar la proliferación de pequeñas cabezas masculinas, con rostros
de aspecto severo e incluso inquietante, que parecen responder a modelos de
monjes de la época y donde no parece existir ni una sola referencia femenina.
Curiosos, así mismo, resultan los motivos de los capiteles que sustentan las
arquivoltas del pórtico principal de entrada al templo, situado en el lado sur
de la nave. Y es que, a pesar de los terribles efectos de desgaste originados
por el tiempo y la erosión, parecen corroborar, en parte, el supuesto origen
navarro de los primitivos colonizadores de Cerbón, así como otras, digamos
casualidades, que nos recuerdan –o pueden ayudar a sugerir una hipótesis con
ciertas probabilidades de similitud-, el supuesto origen de los canteros o de
algún cantero en particular: Álava y las Merindades burgalesas.
[Délika, Álava, Diosa Madre]
Esto
queda de manifiesto si, acudiendo al mundo de las comparaciones –por muy
odiosas que éstas puedan resultarnos en un principio-, comparamos algunos de
los elementos decorativos, con aquellos otros que se localizan en la denominada
Llanada Alavesa, así como en el norte
burgalés. Quizás de los más significativos y además, elemento alternativo que
ayuda a soportar la referida teoría, tengamos la posible presencia de un
elemento foliáceo y signo de identidad común: el espárrago. Elemento que, entre
otros muchos ejemplos, se localiza en el curioso templo dedicado a la figura de
San Martín, sito en Gazeo, cuya cabecera posee, además, unas inquietantes
pinturas, de cuya escabrosa temática –y lo comento sólo como anécdota- se hizo
eco, hace algún tiempo, el popular programa de Iker Jiménez, Cuarto Milenio. Pero quizás el elemento
más relevante –aquél que invita a la hipótesis y la polémica con mayor
intensidad- y salvando ciertas diferencias, sea esa curiosa, cuando no
significativa representación de un posible asceta, místico o eremita, que nos
recuerda otro de los escasos ejemplos que existen de su género en el románico
peninsular y que nos derivan a las mediáticas Merindades burgalesas, más
concretamente, a la parroquial de Colina de Losa, donde, por cierto, también
figura la representación del mencionado espárrago. Ahora bien, dado el desgaste
de la pieza en cuestión, tal vez –digo sólo tal vez-, esa posible
representación ascética –se observan brazos y piernas enrollados al cuerpo- no
sea, sino, una probable referencia a la
Diosa Madre –ajena a las aves y la espiral del vientre que acompañan, por
ejemplo, a otra curiosa representación que se localiza en un capitel de la
parroquial de Délika, en la frontera con Vizcaya- y eso que se toma por brazos,
responda, en realidad, a serpientes que amamantan de los pechos, detalle que en
algunas ocasiones lleva a emparentar a este tipo de representaciones con
alusiones a la lujuria. Pero, ¿acaso la propia Naturaleza, no es completamente
lujuriosa en su despliegue, explosión de vida y abundancia, sin que ello sea
óbice de pecado?.
[Colina de Losa, Burgos: los espárragos]
Independientemente
del estado de conservación de la parte superior del pórtico, donde se aprecia
cierto descabalamiento en los sillares, así como de los pequeños y
rudimentarios canecillos que alternan, indistintamente motivos humanos,
animales e incluso geométricos, completan la ornamentación de los capiteles las
tradicionales arpías de cuellos exageradamente alargados, un curioso hércules o atlante sujetando con sus brazos la parte superior de un capitel,
así como hieráticos rostros surgiendo de la floresta, posible alusión a los
cultos a la naturaleza propios de la Antigua
Religión.
En
definitiva, primitivo y rural, es cierto, pero un templo muy interesante, cuyos
elementos y distribución, en su conjunto, se prestan a abundantes y
extraordinarias especulaciones.
Publicado en STEEMIT, el día 26 de diciembre de 2017: https://steemit.com/spanish/@juancar347/el-misterioso-templo-de-san-pedro-de-cerbon