'La tradición tiene fuerza de argumento y en ella se apoya la memoria que tenemos de San Saturio. Del mismo modo que un árbol sin raíces no puede tener vida, un hombre sin memoria no tiene historia. Nuestra devoción a San Saturio tiene sus raíces en la tradición y su localización en la cueva de Peñalba...' (1).
Hace apenas unas semanas, aprovechando un puente de mayo en el que la lluvia más que una constante, se convirtió en una celosa compañera de camino, tuve oportunidad de ampliar horizontes, viajando por los intrincados caminos de una provincia espléndida, pero hasta ese momento por completo desconocida para mí: Álava. En la ruta, figuraban un notable número de lugares interesantes y muchas fueron -deo te gratias, Magister Alkaest- las maravillas que retornaron conmigo, ocupando en la actualidad un eminente lugar no sólo en un archivo foto-videográfico que últimamente ha sufrido un auténtico cataclismo, sino también en ese entrañable lugar en el que aparcamos siempre, seguro que para ser descorchados como el mejor de los vinos, cuando la ocasión lo requiere: el baúl de los buenos recuerdos.
Uno de esos lugares, absorvido en la actualidad por una ciudad, Vitoria, que extiende sus tentáculos como un incontenible kraken, era Armentia. Armentia, tiene un significado especial y está íntimamente ligada a Soria, puesto que de allí procedía ese peculiar personaje, que ha quedado ligado a la historia y vida del Patrón soriano: San Prudencio. En ésta basílica -perdón, en el vídeo por error he puesto colegiata- que recientemente ha vuelto a los titulares periodísticos, pues en ella se han celebrado los funerales por el alma de Juan Urdangarín, recientemente fallecido, reposan los restos de este discípulo aventajado, que fue obispo de Tarazona y vivió unos años determinados en una de las cuevas que componen las entrañas de la ermita soriana de San Saturio.
Si Saturio es Patrón de Soria, San Prudencio lo es de Álava. Y en cuanto a la imaginería popular, durante mi visita a la provincia alavesa, pude percatarme, también, de un detalle singular, que a lo mejor interesa conocer: siempre presente, en la mayoría de los casos, de igual manera que a su Maestro, a San Prudencio se le representa también en forma de busto. Esto se puede apreciar, sobre todo, en uno de los santuarios más significativos de Álava: el Santuario de Estivaliz.
En fin, he creído conveniente presentar también este lugar, la Basílica de Armentia, porque durante mi breve estancia allí, no podía, si no pensar en Soria, y en los vínculos de unión, que en ambas figuras -al menos, una de ellas históricamente comprobada- conforman un alfa y omega espiritual, difícil de romper.
(1) Don Carmelo Enciso Herrero, para el prólogo del libro de Javier Herrero Gómez, 'Ermita de San Saturio 1703-2003, Excma. Diputación de Soria, 2003, página 15.