Cañón del Río Lobos: romería de San Bartolomé y la Virgen de la Salud

Un año más, la festividad de San Bartolomé ha atraído al Cañón del Río Lobos a una multitud de visitantes que, congregados en el interior y en el exterior del antiguo recinto templario, la iglesia de San Bartolomé, acuden a festejar al santo y sacar en romería a la no menos emblemática Virgen de la Salud.
Como en años anteriores, la romería comienza con la santa misa, oficiada pasadas las diez de la mañana, con el recinto gótico de la milenaria iglesia lleno a rebosar. También, como en años anteriores, la Virgen de la Salud espera en su palanquín el momento de ser sacada a hombros y paseada por la pradera adyacente a la iglesia, utilizándose, a modo de confesionario, la capilla del Santo Cristo de la Agonía.
A pesar de que en ambas capillas ya no hay rastro alguno de la gran cantidad de exvotos dejados por los fieles como señal de gratitud por curaciones consideradas milagrosas, es un hecho cierto la gran devoción profesada a la Virgen de la Salud -que, si hemos de creer en las crónicas, en tiempos fue románica y negra- y al Cristo de la Agonía, como así lo demuestra la enorme cantidad de personas que desfilan por el interior del recinto, para el besar el manto de una y encender una vela y dedicar una plegaria al otro.

Pero no son sólo debotos romeros sorianos los que acuden en tropel a una romería que, a juzgar por la afluencia de gente que pude apreciar ayer, parece que cada año bate récords de asistencia, sino también gente que acude de muchas y variadas provincias españolas, como Barcelona, Burgos, Bilbao y Madrid. Gente que, aparte de la devoción y fe que puedan profesar a estas dos emblemáticas figuras, acuden, también, aprovechando este periodo vacacional, a un entorno realmente privilegiado, atraídos por su extraordinaria belleza unos; por las innumerables leyendas relacionadas con la Orden del Temple otros, y por la oportunidad de pasar un agradable día de romería y festividad, los más.

Y como en toda romería que se precie, desde luego que en ésta no faltan las anécdotas. Como aquellos que, a pie o a caballo, deciden poner una nota de colorido y costumbrismo al acontecimiento. O -¿por qué no decirlo, si fue un detalle simpático?- como el párroco, convertido en ocasional fotógrafo de un grupo de peregrinas. O la pareja de abuelillos, avanzando renqueantes por la pradera, cogidos del brazo y ayudándose de los bastones. Esa pareja de buitres, encaramada en la roca más alta de un risco, contemplando atónitos la invasión de su entorno. Y también -y esto sea quizás la nota que entristece un poco un día de alegría y de paz- el típico patoso que confunde romería y botellón y tiene que ser amonestado a las puertas del templo.

Pero de cualquier manera, lo que sí que puedo decir, con la más sincera de las afirmaciones, es que fue todo un placer asistir, por segundo año consecutivo, al Cañón del Río Lobos y la romería de San Bartolomé.

Comentarios

Zuhur 41 ha dicho que…
Magnífica entrada en su totalidad D. Juan Carlos.

Cuantos y que excelentes recuerdos guardo de mis visitas a San Bartolo.

En la última, ya hace cuatro años, tuve la ocasión de observar y ser partícipe de un caso curioso. Cuando en el interior de la ermita guardábamos paciente cola para rendir homenaje a la Virgen de la Salud, entre la multitud asistente, merodeaban un par de personas, con enorme discreción, portando, una de ellas, un aparato de medición que a simple vista no pude identificar. Por lo reducido de sus dimensiones y disponer de una pantalla digital para la lectura de mediciones, deduje que no podría ser ningún biómetro A. Bovis, registrador de posibles mediciones telúricas. Por la apariencia, acaso podría ser algún contador tipo Geiger, pero …, ¿ estarían tomando mediciones radiactivas, sobre algunas de las personas, cuando éstas se posicionaban delante de la talla de la Virgen sobre una losa que lleva inscrita, en bajorrelieve, una cruz templaria ?. Quizás por practicar la prudencia y el respeto necesario y correspondiente al momento, al lugar y a la fecha, no formulé las preguntas convenientes y me quedé con la gran duda.

Según la tradición, parece ser que esta losa sería el punto central desde donde los templarios podrían determinar las coordenadas de puntos mágicos. Siempre he sentido una tremenda curiosidad por conocer en que fecha, exacta, los rayos solares atraviesan el centro de la estrella pentagonal del hastial sur, para incidir en la precitada losa. Me da la impresión de que dicha fecha tendría una gran relevancia para la Orden del Temple, siempre tan expectante y respetuosa en todo lo relativo a las casualidades cósmicas. Por desgracia, los olmos reducidos a grandes tocones secos ya no presentarán ningún tipo de inconveniente para precitada observación.

Enhorabuena, muchas gracias y cordiales saludos.
juancar347 ha dicho que…
Muy interesante su comentario, estimado amigo Zuhur. No le oculto que, aparte de toda la leyenda que rodea a la Orden del Temple y a un lugar como San Bartolomé, yo también he visto algunos, digamos, 'experimentos'. Incluso, recuerdo que, hace dos años, y durante el solsticio de invierno, acudí al lugar con una amiga, pensando, precisamente, en algún fenómeno lumínico que incidiera, precisamente, sobre la losa conocida como 'losa de la salud' y que, en efecto, muestra una cruz templaria. A pesar de tener medios de acceso, no pudimos llevarlo a cabo. Pero mi amiga sí hizo un curioso experimento con varillas en la zona del ábside. Y créame, éstas se volvían locas. He visto, también, experimentos musicales en el interior, e incluso efectos ópticos, como el que se muestra en el primer vídeo, en el que apreciará que la estrella de cinco puntas invertida se refleja perfectamente, mostrando la punta hacia arriba. No sé si durante sus visitas se percató de un detalle curioso: encima justo de la famosa losa, del techo, colgaba una polea. Antiguamente, la Virgen de la Salud, era románica y negra, y no son pocas las personas que realizan el ritual de descalzarse y permanecer cierto tiempo sobre la losa. Fíjese, así mismo, que la parte del coro se levanta sobre una enorme roca y que, en tiempos, en ese lugar había una puerta. La Cueva Grande, inmensa, lugar de culto desde tiempo inmemorial. En fin, detalles y anécdotas hay muchisimas para intentar desvelar los numerosos secretos de un lugar levantado, en mi opinión, sobre una red telúrica descomunal. Y aunque se ha demostrado por GPS que Juan García Atienza erró en sus cálculos situando San Bartolomé en el centro exacto que coincide con la distancia a los dos cabos más extremos de la Península, creo que, aún a pesar de la variación, es sorprendente para los supuestos conocimientos de la época. No sé, opino que aún tiene muchas, muchas cosas que contar San Bartolomé y su entorno. Muchas gracias por su comentario y por compartir experiencia. Recuerde que con la aportación de cada uno, todos nos enriquecemos.
Cordiales saludos.
Javier ha dicho que…
He leído que este año no había habido tanta gente como en años anteriores.
Yo estuve la semana anterior disfrutando de ese bello paisaje.

Un abrazo
juancar347 ha dicho que…
Hola, Javier:

No sé, cuestión de opiniones. Yo estuve también el año pasado y en la presente romería me ha parecido que participaba más gente. Pero lo importante es que la gente, sea más sea menos, continúe participando en las romerías. Es una forma de que nuestras tradiciones no terminen por desaparecer.
Un abrazo, compañero
Zuhur 41 ha dicho que…
Muchas gracias D. Juan Carlos por tan amplia e ilustrativa contestación.
Efectivamente, nunca me fijé en el detalle de la ubicación de una polea en la posición vertical del techo, justo encima de la losa con la cruz templaria.
En cuanto a la observación de fenómenos ópticos y acústicos en la ermita de San Bartolomé de Ucero, es la primera noticia que tengo pero ésto resulta bastante lógico. Como mucho, no paso de la categoría de un voluntarioso, aunque irrelevante aprendiz, en lo tocante a ciertos temas, entre los que se encontrarían: los fenómenos telúricos, el románico y los templarios, entre otros.
Sí, efectivamente había reparado en que durante la grabación de la pentalfa del rosetón meridional, desde el interior de la ermita, se producía un reflejo, con el vértice invertido, respecto a la posición in situ de la misma, pero no le di importancia ya que pensé que, quizás, fuera el resultantedo de cualquier tipo de reflejo de los sistemas interiores de medición interior del vídeo. A veces, uno es así de torpe.
En cuanto a los acusadísimos movimientos en las varillas captados por su amiga, no me extraña nada, ya he tenido la ocasión de presenciar algunos actos similares.
El último ocurrió en la cripta bajo el ábside de la iglesia de San Martín de Tours, en San Martín de Unx (Navarra). La señorita que realizaba las funciones de guía turística y que según nos comentó, estaba en un grado avanzado en cursillos de radiestesia, situó a una niña de 8 o 9 años que formaba parte de nuestro séquito visitante (por lo tanto conocida nuestra) justo en el centro del abside de la cripta, que estaba situada bajo el ábside de la iglesia y después de dejar pendiente e inmóvil, entre los dedos índice y pulgar de su mano derecha, al cabo de medio minuto, el peso del péndulo comenzó a describir amplios y contínuos círculos, ante la gran sorpresa de todos los presentes. La niña, era la primera vez en su vida que se veía en semejante trance.
En cuanto al presumible error en los datos facilitados por J. G. Atienza, respecto a la perfecta equidistancia de la ermita de San Bartolomé de Ucero, con los puntos más oriental y más occidental de la península Ibérica; parece ser que si la medición se hace entre los puntos más oriental (Cabo de Creus) y el, realmente, más occidental (Cabo de Touriñán, pelín más occidental que el de Finisterre), la diferencia resulta insignificante.
En cuanto al ritual de algunas personas de permanecer algún tiempo descalzos sobre la "losa de la salud, ¿sabe, D. JuanCarlos, si es cierto que Blanche Merz estuvo en San Bartolomé de Ucero realizando alguna medición biométrica sobre la precitada losa, llegando a registrar una intensidad de vibraciones de 16.000 unidades, bastante aproximada a la registrada en el centro del laberinto de la catedral de Chartres (18.000)?.
Cordiales saludos.
juancar347 ha dicho que…
Amigo Zuhur, nunca olvide que en relación a todas estas cuestiones que estamos planteando, Todos, absolutamente Todos, no pasamos, tampoco de voluntariosos. Yo creo que la palabra que mejor lo definiría sería curiosidad. Al menos, en mi caso, la curiosidad fue la que me empujó a lanzarme a los caminos e intentar recoger todo aquello cuanto veo, todo lo que me llama la atención y todas las sensaciones que experimento durante mis desplazamientos. Como la experiencia que me narra de la cripta de esa iglesia navarra -por cierto, muchas gracias por compartirla- he tenido ocasión de observar fenómenos similares y todos en lugares sacros. De hecho, tengo una amiga que experimenta ciertas sensaciones (ella las denomina 'subidones')en determinados lugares. Si mal no recuerdo, el último aconteció en Santa María de Eunate, y tuvo que tumbarse un rato en la hierba del mareo que tenía. Al contrario que ella, yo parezco inmune. Muchas veces lo comentamos ella suele decir que tengo que relajarme y abrirme más a los lugares. Por el contrario, otra amiga (buena conocedora de San Bartolomé, puesto que fue guía de la ermita) experimenta un pánico absoluto al acercarse a las ruinas del castillo de Ucero. Como sabe, los lugares suelen actuar sobre las personas. Las iglesias y otro tipo de construcciones, no se levantaban en un lugar porque sí, sino por sus especiales características. Muchas iglesias cristianas, se levantan en lugares donde existían cultos anteriores, cultos considerados paganos. San Bartolomé, desde luego, es uno de ellos.
No es una banalidad. Mire Vd, Zuhur, hace unos meses, estuve indagando por una zona extraordinaria perteneciente al Señorío de Molina de Aragón. Dentro de sus límites, se encuentran tres focos marianos antiquisimos y sorprendentes: Buenafuente del Sistal, el Barranco y Santuario de la Virgen de la Hoz y Cobeta y el Santuario de la Virgen del Montesino. Todos lugares sorprendentes, de increíble, salvaje belleza. Y lo más curioso, en las cercanías se concentran el mayor número de restos arqueológicos pertenecientes a la cultura celta. Aunque presiente una conexión, me veo incapaz de poder demostrarlo. Pero si observo, y perdóneme por la reiteración, que muchos fenómenos de extraña y variada índole se manifiestan en lugares que desde siempre han recibido una atención especial por parte del género humano. En Soria, también existen algunos lugares así, aparte de Río Lobos, como puede ser Conquezuela y la ermita de la Virgen de la Santa Cruz.
Con respecto a Blanche Merz, creo haber oído algo (lo mismo fue en Cuarto Milenio, no se lo podría asegurar) de que efectivamente estuvo en San Bartolomé. De Chartres, ¿qué le puedo decir? Hace tiempo que tengo planeada una visita. Aunque posiblemente lo conozca, hay todo un clásico referente a ésta increíble catedral: El enigma de la catedral de Chartres, de Louis Charpentier, editorial Plaza & Janés.
Tampoco yerra Vd cuando adivina un efecto meramente óptico en el pentágono. Pero observe, sólo he conseguido recogerlo de forma tan perfecta, situándome al principio de la capilla de la Virgen de la Salud, sobre la piedra templaria, apuntando al pentágono principal que se encuentra sobre la capilla del Cristo de la Agonía. Al contrario, el efecto es apenas nítido. Y por favor, no me diga que es torpe, porque no es cierto; se nota a la legua, por su forma de expresarse, que además de ser una persona muy educada, es también una persona culta con la que comentar se convierte en un auténtico placer.
Me despido haciendo la indicación que ya le he hecho en anteriores ocasiones: con lo poco o mucho que aportamos cada uno, nos enriquecemos todos.
Muchas gracias y cordiales saludos
Zuhur 41 ha dicho que…
Por caridad, D. Juan Carlos, tenga un poco de compasión con este su humilde comentarista, que tan poco acostumbrados tiene sus ya vetustos oídos a las lisonjas, por muy respetuosas y bienintencionadas que, como en este caso, hayan sido presentadas. Creo que, como le ocurre a su amiga primera, me voy a tener que tumbar un rato boca arriba, a fin de calmar y sofocar el "subidón" de ego, motivado por la altísima intensidad de las vibraciones producidas por sus amables e inmerecidos halagos hacia mi persona. De todas las formas ..., muchas gracias, amigo.
D. Juan Carlos, que excitante y envidiable experiencia la que ha disfrutado en el Señorío de Molina de Aragón. Queda todavía por ver si podrá, o no, demostrar en el futuro, nada o algo al resto del mundo, pero en los términos estrictamente personales ... ¡Chapeau, que le quiten lo bailao!
Bueno ..., supongo que ya será de su conocimiento el contenido del documento que le adjunto, pero ha sido, al menos parte de su lectura, la que ha motivado la, posiblemente, intempestiva pregunta en mi comentario anterior. Como podrá comprobar, ahí dice que la intensidad de las vibraciones alcanzaron las 13.000 unidades y no 16.000, como escribí.
En otro orden de cosas y aprovechando de que el Duero pasa por Soria y que, quizás, por ese motivo se estén exhibiendo allí las Edades de Hombre 2009, me pasearé por la guapa y gratísima extensión de la "Cabeza de Extremadura", a fin de incrementar la reserva de fuerzas, de cara a unos ineludibles, por lo necesarios, acontecimientos otoñales.
Espero que la ocasión me permita incrementar el acervo de mis, casi siempre, gratificantes experiencias sorianas.
En tanto que llega la vuelta, reciba mis más cordiales saludos.
juancar347 ha dicho que…
Hola, amigo Zuhur. Siento el retraso en contestar, pero hoy he comenzado otra vez a trabajar, y el tiempo me resulta más escaso. Nada de lisonjas, le aseguro que procuro decir siempre lo que pienso, excepto, precisamente en el trabajo: con la edad he aprendido que aquí, muchas veces, uno no tiene más remedio que ser político.
Gracias por el enlace, un artículo bastante trabajado, con muchos datos y fuentes reconocidas, como Angel Almazán. Por cierto, con Angel tengo pendiente una cita en Soria, que veré de concertar en uno de mis próximos viajes.
Sinceramente,no entiendo mucho de unidades bovis, pero sí le oí mencionar a mi amiga que, al menos en la zona del ábside (ya se lo confirmaré cuando hable con ella), se daban al menos de 8 a 10.000 unidades. Ella, supongo que por, digamos para entendernos, sus especiales cualidades para vivir algunos tipos de lugares, consideraba especial, aparte de la losa con la cruz templaria, el peñasco de la parte trasera de la iglesia, aquella justamente que se levanta sobre el coro. Siempre ha sido de la opinión de que allí debajo, hay o hubo algo en el pasado: un pozo, una cripta...De hecho, es la zona donde más humedad se genera.
Qué envidia me da. Es toda una experiencia ver algunas zonas de Soria en otoño. Recuerdo que el año pasado, me impactó el especial colorido del paisaje que se puede contemplar en el trayecto que va de Berlanga de Duero a Caltójar y San Bartolomé. Todavía es pronto, desde luego, y aún queda algo de verano por delante.
En fin, le deseo unas felices experiencias que, espero, tendrá la amabilidad de compartir a su regreso. Cuídese mucho y reciba un fuerte abrazo.
Lima ha dicho que…
Ya veo que estuviste en Ucero y le sacaste partido a la romería. Recuerdas que te hablé de otra romería cerca de Sigüenza a la qu es posible que me acerque este año. Es la de la virgen de la salud de Barbatona y está anunciada para el 8 de setiembre, aunque yo recuerdo que siempre era en fin de semana. Ya te contaré, o igual nos vemos por allí.
juancar347 ha dicho que…
Hola, Lima. En Ucero siempre se saca partido, aunque me da mucha pena ver lo poco que algunas personas miran miran por el entorno. Ya no recordaba esa romería de Barbatona, pero me interesa el tema, de manera que estaré pendiente a la crónica que, espero, nos hagas en su momento. Hace tiempo que comencé a hacer algunas investigaciones por la zona de Molina de Aragón y posiblemente, aproveche otoño e invierno para profundizar un poco más en la provincia de Guadalajara.
Un abrazo

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