Fiestas Patronales y Exposición de Cuadros del Taller de Pintura de Villasayas



Durante el fin de semana y con motivo de sus fiestas patronales, Villasayas se ha vestido de gala, organizando una serie de eventos lúdico-culturales, especialmente diseñados para el disfrute de grandes y pequeños. En el caso de estos últimos, casi resulta obvio describir la enorme expectación despertada por ese pequeño mundo fantástico creado a base de colchonetas de aire de distintas formas, incluída la de un divertido dragón; la magia física de la esfera armillar o los sueños velocípetas y competitivos desplegados por los infantes en el pequeño circuito de cars a pedales, preludio en un futuro -¡quién sabe!- de un pródigo campeón soriano en la Fórmula Uno, que tanta pasión despierta hoy en día.

Sin duda novedoso en mi caso resultó asistir, por cierto, a la sacada en procesión de la Virgen del Rosario, de cuyo balancín fueron portadoras cuatro féminas del pueblo en lo que, esperando no ofender con mi ignorancia, he de pensar que quizás obedece a alguna tradición determinada de la que, lamento igualmente decirlo, entre unas cosas y otras, se me olvidó preguntar. Ahora bien, de lo que sí que puedo dar fe -y esto creo que lo entenderá cualquier persona interesada en el Arte en general, y en el románico de la provincia en particular- es de que tanto la Virgen como sus galanas portadoras, salieron por un pórtico, cuya calidad y reminiscencias hemos de situar, creo que acertadamente, en la Verde Erín, y que, por supuesto, lo hacen único en la provincia.

Únicas, por otra parte, son también las presentaciones y las conversaciones al calor de un vermouth o de una cerveza sin alcohol, en mi caso, que conllevan la oportunidad de conocer a personas agradables -como la señora de don Manuel Antón, alcalde de Villasayas, cuya conversación a la sombra, en la puerta del bar, intercambiando fuego y cigarrillos fue de lo más amena- que consiguen el curioso efecto de hacerte olvidar que en el fondo eres forastero, haciéndote sentir como en casa.

Pero faltaría totalmente a la verdad, e incluso a la honestidad, si no mencionara aquí a la persona cuya amabilidad y buen hacer, ya me sorprendieran hace dos años, cuando me franqueó el acceso al interior de la iglesia de Nª Sª de la Asunción: Edelia García. Recuerdo que en aquél entonces, me acompañaba un estupendo grupo de amigos -amigos entrañables, con los que ya llevo compartidos muchos kilómetros y muchos lugares interesantes- que pongo aquí como testigos, pues quedaron tan encantados como yo de la visita, y sobre todo, del trato recibido. Trato, no obstante, que no ha de considerarse como una cuestión intrascendente, sino como algo meritorio y ejemplo a seguir, que dá buen nombre al lugar y a la provincia. En ese sentido, me gustaría que tomara ejemplo la persona custodia de la llave de la iglesia del vecino pueblo de Caltójar. Lo siento, pero tenía que decirlo, siempre desde el punto de vista, espero que educado, de que lo cortés no quita lo valiente. De la invitación a comer, Edelia, aunque ya lo sabes, no tengo inconveniente en reiterarlo de manera pública: no quedó ningún detalle al azar y todos los platos estaban exquisitos. ¡Palabrita de mi estómago!.





Ahora sí, ahora toca hablar de un evento cultural, que merece especial atención: la Exposición de Pintura de las integrantes del Taller de Villasayas. Soy de la opinión, y critíqueseme si se quiere, de que todo viaje cultural constituye un estímulo de la imaginación, que libera y atrapa sentimientos. Libera las emociones personales y atrapa aquellas otras que el artista -en este caso, las pintoras-alumnas de don Jaime del Huerto- han sido capaces de transmitir en sus óleos, independientemente de los modelos y motivos. Con referencia a ello, me quedo con una frase de don Antonio Ayan (1) que, explicando a todos, autoridades incluídas (2) la forma tan similar como había conocido a Edelia y había entrado en contacto con las actividades del Taller, dijo, refiriéndose a la parte artística: lo que importa del Arte, es la Humanidad del Arte. Creo que es una frase que lo dice todo, y sinceramente, me impactó.

Como se ve en el vídeo, y todas las artistas podrán constatarlo, con mayor o menor suerte fotográfica -mea culpa-, figuran todos los cuadros que se expusieron el pasado sábado. Y como todos podrán también observar, creo que el talento salta a la vista. No importa el motivo elegido por cada autora: paisajes, bodegones, objetos vivos o inanimados hablan el más nítido de todos los lenguajes conocidos, el de la percepción. Es éste un lenguaje tan rico, que nos cautiva de muchas maneras: nos cautiva por el color; nos cautiva por las formas, por la profundidad, pero sobre todo, nos cautiva por los detalles. Repito lo que le dije a su autora hace algunos meses cuando lo vi expuesto en su blog: me gusta la ternura desplegada en esa escena familiar, humilde, donde destacan los numerosos remiendos en los viejos pantalones del muchacho, o los de los vestidos de las hermanas, e incluso de la madre, denotando una pobreza que bien nos recuerda las calamidades de estos tiempos de crisis, y sin embargo, en sus gestos, en la manera de acariciar a los gatitos despliegan un derroche sorprendente de ternura. Me llama la atención, la perfección del lirio, su forma perfecta, su blanquínea pureza. La madurez del racimo de uvas -recordemos que el primer viticultor fue Noé y el fruto de la uva siempre ha sido considerado, a pesar de los pesares, una bebida sagrada- con sus hojas vestidas con la gasa perecedera del otoño. Ese rostro de mujer, indefinido, pero la profundidad de cuyos ojos cautiva con el más misterioso de los universos matriarcales...Y así podría seguir, sacándole detalles a todos y cada uno de los cuadros expuestos. Pero la entrada sería interminable, aunque el placer grande. Sólo me resta, pues, felicitar muy sinceramente a todas y cada una de las integrantes del Taller de Pintura de Villasayas, animarlas a continuar pintando, tentarlas a innovar, a retarse siempre a sí mismas y decidir ir más allá, a continuar explorando con sus pinceles, y sobre todo, a seguir poniendo la ilusión que, como un derroche de talento, me ha dejado un grato sabor de boca este fin de semana.

Y para terminar, sólo quiero añadir una cosa más: cuando hablo de talento, que quede claro que lo hago desde el punto de vista amateur y personal; lo cual no es otra cosa que reflejar proporcionalmente la emoción que me produce el visionado, lejos, desde luego, del punto de vista experto -que no poseo- afín al ámbito magistral de la técnica empleada.




(1) Vicepresidente del Real Círculo Artístico de Barcelona.


(2) Aparte del alcalde, don Manuel Antón, estuvieron en la exposición -aunque realmente venían a la inauguración de un nuevo frontón en el pueblo- el Presidente de la Diputación y el Delegado Territorial de la Junta.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
buenos dias :gracias por ese comentario tuyo tan generoso.me ha alegrado una mañana muy diferente a la de ese dia.saludos marisa (manuel anton)
juancar347 ha dicho que…
Gracias a tí, Marisa, por esa grata conversación. Disfruté con ella. Saludos
Unknown ha dicho que…
Villasayas es uno de los lugares que recuerdo con agrado y cariño, y lo recuerdo por dos motivos que se complementan entre sí.

La sorpresa de encontrar un templo con una portalada románica excepcional y la suerte que estuviera Edelia junto a otras señoras arreglando la iglesia aquel día. La simpatia y cordialidad que mostraron con nosotros la evocamos a menudo. Como anécdota recuerdo que en aquellos días tenían algún problemilla con algún bichejo (una mustela, creo) que entraba por las noches en la iglesia y dormía junto a San Isidro.

Edelia nos enseñó algunos de los cuadros que pintaba y nos habló del taller de pintura de Villasayas compuesto por mujeres entusiastas y de ánimo creativo que seguro han expuesto cuadros magníficos. Muchas felicidades a todas.

Un abrazo Juancar, pillin, que cerquita te queda Villasayas …cachins!

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juancar347 ha dicho que…
Eso de la mustela sí que es curioso, ir a dormir precisamente al lado de San Isidro que, como dice cierto Magister que conocemos, es un santo templario como la copa un pino. Tuve el placer de conocer a Jaime del Huerto, el profesor del Taller de Pintura y sus conocimientos y sensibilidad me sorprendieron gratamente. De manera que, en mi opinión, bien que se podría aplicar aquí el refrán de que de tal palo...tales alumnas. Pero quizás lo mejor de todo, y para hacer justicia, es que Edelia sigue siendo ese personaje humano, acogedor y detallista que encandila. Te agradezco el comentario, porque pienso que en ésta vida es de ser bien nacidos el saber ser agradecidos, y Edelia se merece un pequeño homenaje, sin que ello reste mérito al evento de la Exposición ni a las fiestas de un pueblo sencillo pero encantador. Por último, sólo decirte que te chinches y te busques otro Villasayas cerquita de tu casa. Un abrazo
Anónimo ha dicho que…
Felicitaciones por elaborar una crónica tan cuidada y por presentar esas imágenes de piedras dormidas y caídas..., de los actos populares y religiosos y por lograr esa nitidez en las figuras (grifos, sirenas, animales...) de la portada. ¡Es una hermosura!
Gracias por lograr plasmar en imágenes las imagos que vagan en el recuerdo de mi pueblo.¡Siento una gran emoción!. Gracias y Saludos.
juancar347 ha dicho que…
Estimado/a anónimo/a: gracias a ti por tu amable comentario. Las piedras no figuran en el vídeo por casualidad; pueden parecer dormidas y caídas, pero son algo más, son Historia, y como Historia, merecen reconocimiento y respeto. Siempre me ha gustado el entorno rural y presto especial atención a las casas antiguas, con solera, de cuyas características y en cuya observación, se puede aprender mucho y hasta cierto punto, adivinar el carácter de las personas que las levantaron y en ellas vivieron. Creo que fue un gran día para todos, y en especial del que suscribe. Desde ese punto de vista, no puedo, sino dejarme llevar por la grata impresión que me produjo compartir esos momentos. Un abrazo

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