Caltójar, iglesia románica de San Miguel (siglos XII-XIII)


Enclavada en el pueblo de Caltójar, en plena ruta hacia la ermita mozárabe de San Baudelio, la iglesia románica de San Miguel ofrece al visitante, detalles arquitectónicos y simbólicos sobre los que detenerse un instante a meditar y, sobre todo, a valorar. De influencia cisterciense y planta ligeramente cuadrada -según reza el cartel explicativo que se encuentra en uno de sus laterales- posee tres naves rematadas por ábsides, de los que destaca el central, por su mayor profundidad.
Las arquivoltas son lisas, excepto las más abiertas, que desarrollan un junquillo en zig-zag y puntas de diamante, quedando el tímpano perforado por dos arquillos semicirculares, separados por el relieve de San Miguel colgado, que simula apoyar en un inexistente parteluz.
Independientemente de lo interesante que pueda resultar la fachada de la iglesia, así como el retablo mayor del siglo XVII que se conserva en el interior, llama poderosamente la atención de la figura del arcángel, situada en la cabecera del pórtico, espada o lanza en mano, representación imponente del infatigable paladín de Dios, siempre en guardia frente a los ataques del Maligno.
Y no obstante, la figura de San Miguel -en lo que a ésta iglesia se refiere- tiene algunas pecualiridades, que merece la pena detallar. Pero antes de analizarlas, puede resultar interesante sacar a la luz ciertos antecedentes, que hacen de éste combativo arcángel un baluarte de la Cristiandad.
Aparecido en numerosas ocasiones, la primera aparición de la que se tiene noticia, está fechada el día 8 de mayo de 492, en una gruta del Monte Gargano, Italia, donde dió comienzo -propiamente hablando- su espectacular leyenda. Es conveniente saber que en las cercanías de dicho monte, se libraron cruentos enfrentamientos durante la rebelión de los gladiadores y los esclavos liderados por Espartaco (recuérdese, para una conseguida idea, la película de igual nombre del director de cine norteamericano Stanley Kubrick). Corría el año 72 antes de Cristo, cuando estos se enfrentaron a las legiones de Lucio Gelio Publícola y Cneo Cornelio Léntulo Clodiano, enviadas por el Senado romano para atajar la rebelión. Antes de eso, los rebeldes habían derrotado contundentemente a los ejércitos pretorianos -recuérdese que los pretorianos eran la guardia de corps de los césares, así como los siniestros ejecutores de sus fatales sentencia- de Glabro y Varinio. De manera que el Monte Gargano, lugar de la posterior aparición del arcángel, denotaba un carisma, si no legendario, al menos sí histórico y en cierto modo trascendente, pues allí se libró una cruenta batalla por la igualdad y la libertad.
Cuenta la leyenda que el día 8 de mayo de 492, Gargano, un rico hacendado perdió una res muy valiosa. En su busca, Gargano y los hombres que le acompañaban llegaron hasta una caverna donde, al parecer, se había refugiado el animal. Uno de los hombres lanzó una flecha para despertar a la res. Pero, para gran sorpresa de todo el grupo -entre el que se encontraba el obispo de Siponto- la flecha volvió de nuevo al arquero. El obispo, impresionado, ayunó durante tres días para comprender el evento, pasados los cuales el arcángel se le apareció, indicándole que había sido él quien había devuelto la flecha. También le dijo que protegía el lugar y que debía construir una iglesia en su honor, así como en el de los otros ángeles.
El obispo, entonces, visitó la caverna y descubrió que tenía la forma de una hermosa capilla -no en vano, según la tradición, la caverna había sido un lugar donde se refugiaban los primeros cristianos para salvarse de quienes les perseguían- ante lo cuál, se dispuso a oficiar misa allí dentro. Posteriormente, hizo construir una iglesia, a la que llamó Monte Sant'Angelo en conmemoración a la revelación de San Miguel, que enseguida se hizo famosa por los numerosos milagros que allí acontecían.
Dados los milagros que en ella se producían, el lugar pronto pasó a ser considerado como destino de obligada peregrinación en Europa. Posteriormente, con el tiempo se convirtió en lugar de reposo para aquellos que se dirigían a las Cruzadas en Tierra Santa.
Es de reseñar que, a partir de este suceso, y a partir de muchas otras apariciones, pronto comenzaron a proliferar por toda Europa iglesias y ermitas dedicadas a San Miguel, siendo la provincia de Soria, prolífica en ellas.
Como dato curioso, añadir que para los Testigos de Jehová, Jesús y el arcángel Miguel son la misma persona. En esto, que cada uno saque sus propias conclusiones.
Volviendo a la figura del arcángel, que decora la parte alta del pórtico de la iglesia románica de Caltójar, llaman poderosamente la atención los rasgos físicos de su rostro. Y es que, si uno se detiene a apreciarlos en detalle, puede llegar a la conclusión -invito a los visitantes a debatir sobre ello- de que pueden pertenecer a otra clase de criatura, excepto a un ángel. O al menos, al sentido de belleza con que nos han sido mostrados los ángeles. Y otro dato más: la cabeza parece estar incompleta, como si le faltara algo. ¿Largos cabellos, como suele describirlos la tradición?. ¿Una corona o un halo de santidad?. ¿Cuernos, como aquellos que lucen los ángeles caídos...?.
En definitiva: ¿qué mensaje oculto quiso dejar grabado en la piedra el artista medieval?.

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