Santo Domingo: una borrachera de románico
Hablar de la iglesia románica de Santo Domingo conlleva, ineludiblemente, la obligación de reconocer, sin ningún género de cortapisas y tapujos, que nos referimos a una de las joyas indiscutibles no sólo de Soria capital, sino también, y de manera extensiva pero justa, de toda la provincia. Una joya que sirvió de colofón a una inolvidable jornada durante mi última visita a Soria, acaecida hace apenas una semana, en la que, aparte de poder gozar durante un breve espacio de tiempo de esa auténtica terapia natural que conlleva siempre acercarse hasta la ribera Saturiana del Duero, tuve ocasión, también, de penetrar en parte de esa hermética propiedad privada que es actualmente el antiguo monasterio templario de San Polo.
He de reconocer, por otra parte, que el calificativo de borrachera románica es una apropiación -espero que no considerada indebida- de una frase realizada en cierto momento por la persona amiga que me acompañaba, y que, de igual manera que un servidor, puso en riesgo sus cervicales en un digno -y espero que fructífero- intento por captar hasta el último detalle posible de algo tan magistral, que más que una portada, semeja, comparativamente hablando, toda una enciclopedia labrada en la piedra con una paciencia y una maestría merecedoras de elogio y, por supuesto, de admiración.
Hechos, pues, los deberes de conciencia y dejando para mejor ocasión la, en ocasiones, engorrosa labor de acudir a la wikipedia, sí que me gustaría comentar -siquiera sea, en forma de amigable tertulia de tasca en esas aburridas tardes de domingo antes de que comience el fútbol- algunos de esos detalles que, a fuer de mirar sin ver -como diría don Antonio Machado- forman parte de ese legado a la ciudad realizado por el rey Alfonso VIII con motivo de sus esponsales con Leonor de Inglaterra y también, justo es decirlo, en agradecimiento a haberle salvado el regio cuello cuando todavía era un niño.
Aún así, uno no deja de estremecerse cuando ve la matanza de los inocentes, sugerida al oído de Herodes por un diablo con bastante mala leche, todo hay que decirlo, teniendo en cuenta que, dado el carácter inestable de la fidelidad en la época, bien podía haberle alertado contra el guerrero que tiene al lado. Afortunadamente -y esto constituye un signo de prudencia en el cantero- el escudo de éste, no lleva la cruz de calatrava que se aprecia en los escudos de otros guerreros, situados no demasiado lejos.
Ahora bien, si en esto hemos de considerar que el cantero, a fin de cuentas, ejercía también el oficio de cronista, ¿qué pensar, entonces, de aquélla otra representación -puede que el oficio de paparazzi sea tan antiguo como el mundo- que muestra a tres personajes compartiendo cama?. ¿Y no parece una mujer el personaje que está en medio?. Reconozco que no estoy muy puesto en historia bíblica, y lejos de mi intención, pretender ofender a nadie; ¿podría tratarse, entonces, de una referencia a la historia del pobre Job?.
Lo que me sorprende -y cambio de tema, porque para escándalos ya tenemos a las principales cadenas de televisión-, es, no obstante, observar esa escena del calvario, donde Cristo es alanceado en ambos costados por dos legionarios romanos. Si uno es Longinos -recordemos que, con posterioridad, su lanza se consideró sagrada- ¿quién es el otro?. ¿Por qué ésta representación?. ¿Existe la posibilidad de una segunda lanza sagrada, aún no encontrada?.
En fin, habría muchos más detalles, desde luego; pero, por si quedaba alguna duda acerca del título de esta entrada y de que el románico, en el fondo, es un estilo artistico apasionante y sobre todo, ilustrativo, dejo para todo aquél que se acerque un día por la iglesia de Santo Domingo, la comprobación de cuanto digo y quién sabe, quizás nos sorprenda con sus propias conclusiones. Porque estoy seguro de que ni Santo Domingo, ni cualquier otro templo han dicho todavía la última palabra.
Comentarios
Contemplé que, junto a la influencia de las órdenes monásticas (cluniacenses, sobretodo), la internacionalización y la tradición regional que se mezclan y confunden en este templo soberbio, son más fruto de miembros de influyentes órdenes de caballería que, como la de Calatrava, pertenecían a una amplia capa aristocrática de carácter internacional, amante y receptora de elementos arquitectónicos franceses y que no dudaron en hacerse patentes plasmando su símbolo en los escudos de algunos capiteles.
En cuanto al "menage a trois" que comentas, amigo, a mí me dió la impresión de que se trataba de la representación del pasaje bíblico del Sueño de los Magos, donde el angelito de arriba les recomienda que no vuelvan sus pasos atrás para informar a Herodes del lugar exacto del Nacimiento, como habían prometido.
Y más que dos lanceros, yo creí ver representado el "abajamiento" del crucificado por su pariente José de Arimatea y otro, mientras figurillas angelicales portan utensilios para desclavarlo del madero.
Salud y románico
Besos
PD. Yo tampoco conozco Zara
**
Mira que te dije y redije, que esos tres no eran "un triángulo amoroso a lo bestia".
¡Que son los Magos!, te decía. ¡Que eso no es una mujer, sino un joven!, te decía. ¡Que no es un trío erótico con un joven, sino que uno de los Magos es joven!, te decía.
Y tú, erre que erre: "Pues esos tres..."
Así que, ahora, apechugas con todo lo que quieran decirte. Y poco será, para lo que te mereces por tu imprudencia temeraria.
Otrosí. Esa escena de los Magos, acostaditos, de tres en tres, siempre me trae a la memoria cierta lámina alquímica...
[Posdata. Todavía me duele el cuello, por culpa de tanta fotografía. Y por culpa mía, que olvidé el trípode].
Salud y fraternidad.
P/D: gracias por la pista.
Esto viene a cuento de su "intempestiva" interpretación de la escena de crucifixión, citada por Juancar. Dice el compadre Syr, que el segundo "lancero" no es otro que el bueno de José de Arimatea, "abajando" el crucificado...
Falso. Si tuviera mejor memoria del mítico libro judeo-cristiano, recordaría Mateo 27, v-48:
"Y enseguida uno de ellos fue corriendo a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, sujetándola a una caña, le ofrecía de beber".
Y Juan 19, v-33-34:
"Pero al llegar a Jesús, como le hallaron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza".
Eso, y no otra cosa, es lo que se representa en esta escultura. La doble escena, auna la caña con vinagre, citada por Mateo, con la lanza de Longinos, citada por Juan.
Eso, si se acomoda al relato mítico judeo-cristiano, donde nunca se dice que José de Arimatea llevase lanza, ni caña, ni mucho menos que iniciase el descenso mientras estaban "alanceando" a su admirado profeta...
A ver si manifestamos un poquito de sensibilidad simbólica, y menos cachondeo con las tiendas de moda... Que luego, tenemos muy presta la lengua para desbaratar opiniones ajenas, en conciliábulos de taberna... Dicho sea, con todo respeto y cariño, hacia los conspiradores.
Salud y fraternidad.
Y sin bromas, debe de ser un gran placer, disfrutar de maravillas del románico, como "Santo Domingo", en vuestra valiosa compañia y vuestros dispares conocimientos: Malvís, Alkaest, Baruk y Juancar.
¡Buenas noches! Y un beso.
Sí señor. Y aquí estamos el Alkaest y el menda, mano a mano con una copita de anís discutiendo sobre si es abajamiento o lanzada con la sopa de vinagre.
Y yo, que me enroco en mi teoría, porque visto lo visto, a menos que no lo veáis, no aparece figura con vestimenta de soldado por ninguna parte, sino unas figuras con la probidad que sólo otorgan los años y túnicas que llevaban los miembros de alta escala social y política.
José de Arimatea era miembro del Consejo y pidió a Pilatos el cuerpo de su pariente Jesús ( Mateo 27,57; Marcos 15-42; Lucas23,50 y Juan 19-38) quien accedió a su entrega tras confirmar el centurión su muerte, siendo ayudado en el abajamiento de la cruz por Nicodemo.
Según la historia, los lanceros romanos ( y Longinos lo era), aprendían a manejar la lanza con la izquierda, pues eso permitía en el cuerpo a cuerpo, atacar al enemigo por la derecha, que era la parte menos protegida ya que solía protegerse el lado del corazón con el escudo.
Según el análisis científico de Delage y de Barbet, el análisis de la sábana santa, prueban que el cadáver de Cristo sufrió la lanzada en el costado derecho.
Según la patrística (san Agustín, en su “Ciudad de Dios” y San Francisco) hablan de “latere dextro”, flanco derecho.
Y es que, aunque es muy común situar el corazón a la izquierda del tórax, la realidad es que ocupa una posición mediana y anterior y reposa sobre el diafragma, detrás de los pulmones y del peto óseo intercostal, en el mediastio anterior, con lo que sólo su punta queda situada netamente a la izquierda, mientras su base supera por la derecha el esternón. Sólo así puede explicarse científicamente que manara del costado agua y sangre, porque si los muertos NO SANGRAN, la hoja del lancero debió penetrar entre la quinta y sexta costilla, se abrió paso a través de la pleura, atravesó el pulmón y el pericardio y llegó hasta la aurícula derecha. Y en la aurícula derecha se encierra, AUN DESPUÉS DE MUERTO, sangre líquida y en la envoltura exterior, un líquido acuoso llamado hidropericardio.
Siguiendo la tesis de Alkaest, Longinos debería ser el situado a la derecha del Cricificado y blander la lanza con la izquierda. Y sin embargo yo, ahí veo un selor calvo con túnica política más que un lancero.
Salud y románico
Syr: aquí el Canalla Caminante: ¡touchez, amigo!. Pero mira el lado positivo del asunto, que no es ni en el fondo me preocupa (aunque los blogs viven de ellos) el número de comentarios; piensa más bien (y en esto, que me lancen todas las pedradas que quieran) en que todas, absolutamente todas estas aportaciones harán (estoy seguro de ello) que los posibles visitantes que los lean y tengan la oportunidad de ver o volver a ver la iglesia de Santo Domingo, lo harán con otros ojos y seguro con otras perspectivas. Y otra cosa, seguro que Amancio Prada estará encantado con la publicidad gratuita que le estamos haciendo. Un abrazo...y deja algo de anís pá los demás, joer.
Y no busques lógica histórica en lo que es, claramente, representación simbólica. El Magister, donde debía figurar "una de romanos", se ha limitado a poner "una de sayones". ¿Que tú esperabas ver, unos preciosos centuriones y legionarios, a la manera de los pasos de Semana Santa? Pues lo siento, pero debes ir a otro templo, en este no hay.
Y su ausencia figurativa, no desvirtúa el sentido de la narración escultórica.
Para más detalles, ver mi blog "Laberinto Románico", y la entrada que, al respecto, estoy a punto de hacer.
Salud y fraternidad.
Y si lo científico no sirve como elemento de prueba por tratarse de simbología, invito a contemplar el siguiente episodio reproducido en la arquivolta, donde el Magister respeta el tempo del relato bíblico y representa a Jesús ya bajado de la cruz y dándole sepultura. Y en el siguiente, con cronología simbólica del relato, aparece depositado en el sepulcro.
Y tú, Caminante, no corras. ¿ No ves que si llegamos a las manos necesitaré a " mi primo de Zumosol"?.
Salud y románico
Y, a partir de ahora, me niego a polemizar sobre dicho "objeto", que hablar de él siempre suele traer cola, por lo general de carácter desagradable, a causa de los integristas sectarios que pululan a su alrededor.
Salud y fraternidad.
Salud y románico
Es que ¡ en esto de echarla cara al asunto, soy de la ciudad del Santo Rostro¡.
Salud y románico
A modo de ejemplo de indico algo ya sabido por tí, pero que no deja de tener su aquél. Como monumento a lo absurdo y disparatado, os puedo decir que hay constancia de veneración a la reliquia de la punta del dedo índice del Espíritu Santo, a los cuernos de Moisés, a las plumas de San Gabriel y al sudor de San Miguel en su pelea con el Diablo, un frasco del aliento de Jesucristo, sudor del Niño Jesús, media docena de prepucios del Niño Jesús, leche de la Virgen, pechos de Santa Águeda, más de 500 dientes de santa Apolonia, 17 brazos de San Andrés, 7 cabezas de San Felipe, sesenta dedos (doce de ellos índices) de San Juan Bautista, carne asada de San Lorenzo y 2 penes de San Bartolomé (mi favorito).
Salud y románico
Y no quiero entrar en el ámbito profesional de Sigmund Freud.
Salud y fraternidad.
¡Que no tenís fin¡