De vuelta al Camino
Comienza un nuevo año; un círculo que se cierra y otro que recién acaba de abrirse. Otro año por delante, para poner en marcha la imaginación, lo cuál no es difícil, si tenemos en cuenta la gran cantidad de sorpresas y maravillas que el Camino reserva a todo aquél que se lanza sin miedo a recorrerlo. El miedo no existe, pero sí la impaciencia por ponerse en marcha y reencontrarse con uno mismo en mil y un lugares diferentes. Nuevos lugares, pues, que visitar, y otros que, aunque ya visitados, nos obligan a volver sobre nuestros pasos porque siempre hay algo que se nos escapa; algo que nos pasó desapercibido la primera vez, pero que tiene el suficiente interés como para hacernos volver y observar con más atención.
Es así como he comenzado el año, volviendo sobre mis pasos, yendo incluso más allá. De retorno a un lugar cargado de Historia; un lugar, no obstante, en el que también tienen cabida los enigmas y los misterios, y donde, aún hoy día, sobrevive el lugar donde habitó uno de esos curiosos personajes que, bajo mi punto de vista, no hubiera desmerecido, en absoluto, figurar con todos los honores en las páginas de esa magistral obra de Julio Caro Baroja, titulada Vidas Mágicas e Inquisición.
Tal lugar, y tal personaje, formarán las dos primeras entradas de este blog en el presente año, constituyendo los mejores teloneros para la introducción de otros lugares, cuyo suelo he pisado por primera vez.
Próximas paradas: Morón de Almazán y el Marqués de Camarasa.
Comentarios
Bueno, al menos dime donde están esas tumbas antropomorfas...
Salud y fraternidad.