Castillos de Soria: Caracena, Primera Parte


'Estás enferma, ¡oh rosa!

El gusano invisible,

que vuela, por la noche,

en el aullar del viento,

tu lecho descubrió

de alegría escarlata,

y su amor sombrío y secreto

consume tu vida'.

{William Blake: 'La rosa enferma'}

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Como la rosa enferma del artista visionario británico William Blake -sus biógrafos cuentan que ya siendo un niño, entró en contacto con ese otro mundo sobrenatural, cuyas visiones fue reflejando en sus obras a lo largo de su vida- el castillo de Caracena laguidece en silencio, consumido por el gusano invisible del tiempo, el abandono, y no se puede decir que también lo consume el olvido, porque de cuando en cuando, algún que otro curioso se aventura a ascender la cuesta y echar un vistazo a sus piedras centenarias. A veces, los niños del pueblo -pocos, como sus habitantes- se acercan hasta sus muros y emulan las aventuras de aquellos aguerridos cuarteleros que, juramentados con uno u otro blasón señorial, guardaron un día sus muros.
Aunque lo que se aprecia en la actualidad, pertenece a su última remodelación en el siglo XV, el árbol genealógico de ésta impresionante fortaleza se remonta, sin embargo, al siglo XII.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Si visitar Caracena representa para el viajero / buscador una sobredosis de emociones, acabar la ruta en el castillo supone otro chute adicional de adrenalina no recomendable para espíritus sensibles.
Luego no digan que no les hemos avisao. Esto es Soria, la de verdad, el hueso puro.
Que bellas imagenes, Juancar; ese día no había turistas.
juancar347 ha dicho que…
No, amigo. Ese día fue especial, como a mi me gusta. Hoy, por ejemplo, acabo de llegar de visitar el Monasterio de Piedra. Un lugar impresionante, pero por desgracia, hasta los topes de turistas. Es cierto que todos tenemos derecho, pero hay gente que no sabe respetar el de los demás...En fin, las fotos y los vídeos que he conseguido -no sin esfuerzo, del pelmazo/a de turno, que se cruza o se pone al lado del micrófono a decir chorradas-hacen que la visita haya merecido la pena. De todas formas, del entorno de Caracena aún me queda mucho trecho por recorrer. Y como ya conozco a varios de sus habitantes, aprovecharé en vacaciones. Un saludo, amigo.

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