Zayas de Báscones
Dejamos atrás la interesante y
antigua Castromoros, nombre con el
que conocía en la Edad Media a San Esteban de Gormaz, con sus imponentes
iglesias de San Miguel y de la Virgen del Rivero, muestra del románico
más arcano y genuino de la provincia, así como los numerosos fragmentos de
lápidas romanas utilizados como relleno en su calle Mayor y continuamos
viaje por la carretera general SO P-5004, que se dirige hacia San Leonardo de Yagüe y las
estribaciones del impresionante Cañón del Río Lobos, límite con la provincia de
Burgos, visitando algunos lugares de interés. Uno de tales lugares, sería Zayas
de Báscones, pueblecito apenas habitado y dedicado al pastoreo, principalmente,
que, situado en las inmediaciones –aproximadamente, a seis o siete kilómetros
de San Esteban-, aún conserva, en su iglesia, algunos detalles de interés, que
merece la pena conocer.
Muy reformada, salta a la vista,
es difícil preguntarse qué no fue de su galería porticada original –si es que
la tuvo-, sustituida, en tiempo indeterminado, por otra mucho más sencilla,
conformada por simples vigas de madera. Un sólido marco de madera, igualmente,
guarda, así mismo, una magnífica portada, cuyo diseño y dimensiones, a estas
alturas de nuestro recorrido, ya nos deben resultar familiares, haciéndonos
suponer la intervención de un determinado taller de cantería, probablemente de
origen burgalés –a este respecto, no olvidemos el considerable número de
iglesias que están bajo la advocación de Santo Domingo de Silos, y quién sabe,
si en más de un caso, no señalen la posibilidad de que sus constructores
pertenecieran a un taller itinerante procedente de su entorno, lo que expongo
tan sólo a modo de sugerencia-, que se fue extendiendo, progresivamente, hacia
el interior de la provincia, posiblemente atraído por las nuevas oportunidades
de trabajo inherentes a la Reconquista.
En el pórtico, se aprecian media
docena de arquivoltas, de factura simple y lisa, excepto la penúltima, que
exhibe un hermoso entrelazado que, sin duda, demuestra habilidad y oficio. Hay
cuatro capiteles, repartidos a ambos lados, de los cuales, los de la derecha
muestran grifos bebiendo de una fuente y un motivo foliáceo, con forma de
enramado. Por su parte, los capiteles de la izquierda, vuelven a aludir a la
lúdica simbólica del pecado, identificado con motivos mitológicos, mostrando
arpías de cuello exageradamente largo y otro capitel con diseño foliáceo, tipo
planta con fruto.
En este mismo lateral sur, y en
su parte superior, se aprecia una serie de canecillos, destrozados, en algún
caso y completamente lisos en los demás. Intrigante, no obstante, resulta el
ábside, que originalmente debió de ser de forma semicircular, y posteriormente
modificado y ampliado hasta darle la forma rectangular que luce en la
actualidad. No obstante, conserva uno de los pequeños ventanales originales, el
del centro, cuyos capiteles muestran sencillos motivos vegetales.
Junto al lateral norte, está
adosado el pequeño cementerio, aunque también se observa, y en similares condiciones
que en el lateral sur, aunque quizás algo mejor conservados, otra serie de
antiguos canecillos, igualmente de factura simple y lisa. De aquí parte otra carretera, la SO P-5205, que en cuatro kilómetros, aproximadamente, desemboca en Zayas de la Torre.
Comentarios
Un saludo, amigo vigilante y felices fiestas
Agapito Lima