Entornos Mágicos: Cueva y Ermita de la Santa Cruz
En tierras de Medinaceli, a medio camino entre las poblaciones de Miño de Medinaceli y Conquezuela; no muy lejos -y esto es un dato significativo- del yacimiento antropológico de Ambrona, y semi-oculta en un paisaje que, aún a pesar de haber sido modificado por la mano del hombre hace una cincuentena de años, impresiona por su orografía y su infinita soledad, una cueva y una ermita atraen poderosamente la atención.
En efecto, ahí donde en la actualidad se pueden apreciar extensos valles y campos de cultivo, antaño un pantano hacía de la zona, un lugar prácticamente intransitable. Aún así, existen evidencias más que suficientes, que demuestran que, por alguna razón determinada, ese lugar ha ejercido una fascinante influencia sobre el hombre desde tiempos inmemoriales.
Junto a los grafitis y petroglifos de la Edad del Bronce, altares, arcos de índole románica y sepulturas antropomorfas, cuando no una ermita de traza moderna, demuestran que el hombre, en su afán de llegar a alcanzar lo incognoscible, lo ha considerado especial a lo largo del tiempo. Y aún en la actualidad, aparte de la romería que los vecinos celebran en agosto, hay quien acude en la noche mágica por excelencia de San Juan y realiza rituales de índole indeterminada.
Impresiona visitar ese lugar en solitario, cargado de influencias ancestrales, cuyo silencio, a veces roto por el canto intempestivo de algún pájaro, provoca el susto en el intruso, sobre todo si éste se encuentra plantado frente a los escalones de ese altar prehistórico, preguntándose qué tipo de ceremonias sangrientas se llevaban a cabo allí.
Como en el caso del interior del Cañón del Río Lobos, es significativo, también, el hecho de no hallarse ni una sola influencia de tipo árabe en el lugar. Y es significativo, en mi opinión, porque, dada su cercanía a la Medinat al-Salim, así como a algunas otras poblaciones de antiguo abolengo, no encontrándose tampoco, demasiado lejos de Almazán, éstos no dejaran su impronta, siquiera con una atalaya en alguno de los riscos más elevados.
Un lugar mágico, después de todo, en el que algunos, cuando llega la época de estío, practican la escalada en sus riscos y que, a juzgar por los carteles indicativos del lugar, colocados en estos últimos meses -en mi anterior visita en el mes de noviembre no estaban- dan a entender que la Junta de Castilla y León está considerando en serio el tema de su explotación como lugar turístico, y no sin razón, pues, como en una conocida canción de Joan Manuel Serrat tanto el entorno, como la cueva, como la ermita de la Santa Cruz, constituyen un lugar que hacen verdadero honor a esos versos que dicen: 'de atardeceres y de soledades de andar y andar, buscando verdades, para encontrar siempre otra pregunta, ir y venir, y no llegar nunca'.
Comentarios
Aqui tienes un enlace interesante sobre este lugar lleno de misterio y desconocido todavía para muchos sorianos.
Saludos.